miércoles, 26 de junio de 2013

IMAGEN DE LA PATRONA DE CASMA, SUFRIÓ GRAVE DAÑO.

MARÍA MAGDALENA, PATRONA DE CASMA 
SUFRIÓ GRAVE DAÑO.

En circunstancias aún no esclarecidas por la Iglesia de Casma, la imagen de  nuestra Santa Patrona, “María Magdalena” sufrió un grave daño en  momentos que venia realizando un  largo Peregrinaje por  todos los distritos y sectores de la provincia, que desde hace cinco años   realiza con mucha devoción y afecto por parte de los feligreses que la acogen en sus capillas e iglesias.

Sucede que en días pasados, la imagen al parecer se ha caído, o algún objeto contundente le ha dañado el rostro, malográndose el ojo, parte de la cara (nariz, cejas y frente de la imagen) que ha motivado que se detenga dicho peregrinaje y sea llevada a Chimbote para su restauración, faltando pocas semanas para su fiesta patronal que se celebra en Casma el 22 de julio de cada año, desde la fundación española de Casma La Baja, hecho histórico que aconteció el año 1,751.

No se conoce quienes son los directos responsables de tamaño atentado de “lesa cultura” que pone en riesgo la integridad de  nuestra Santa Patrona, cuya imagen es de madera y se venera desde hace 262 años.

Este año Preside la Comisión de Fiestas Patronales 2013, Julio Mejía Mezzarina.



Hermosa imagen de nuestra Santa Patrona "Marìa Magdalena", hoy
afectada por la irresponsabilidad.
Este año nuestra Santa Patrona vistió un traje típico de nuestra sierra ancashina.

En la foto se observa a nuestra Santa Patrona en la Plaza de Armas, en el frontis
del Palacio Municipal para el tributo correspondiente de este año 2,013


miércoles, 19 de junio de 2013

PETROGLIFOS DE BUENAVISTA EN PELIGRO. (Reportaje).- Por Augusto Llosa Giraldo


PETROGLIFOS DE BUENAVISTA EN

 GRAVE RIESGO



Parte de la riqueza ancestral del distrito de Buenavista, comprensión de la provincia de Casma – Región Ancash, viene siendo sistemáticamente destruida por la minería informal que desde hace unos cuatro años vienen operando en este distrito que más denuncios de  “cuadrículas” de minería tiene en la región.
Aunque parezca inaudito, no hay ningún cerro, o montaña de este distrito que no tenga “dueño”, propiedades que van desde ex candidatos, congresistas, y ricachones que a la distancia operan y explotan sus entrañas.

Como se podrá comprender, la arqueología, el turismo es un obstáculo para los fines de estos intereses que tienen tamaños tentáculos que se extienden desde Lima hasta las municipalidades que tienen autoridades cómplices, o que se hacen de la “vista gorda” y no  hacen nada por detener este “crimen de lesa cultura” que se viene cometiendo en el Sector  “El Olivar” en donde están ubicados estos valiosos petroglifos.

Los “mineros informales” han destruido parte de la vía de acceso con maquinaria “pesada” en donde se encuentran estos vestigios, además han “dinamitado” cerros adyacentes y contiguos afectando gravemente esta  riqueza arqueológica que nadie valora en la provincia.
Actualmente es una zona tomada por estos mineros que prohíben su acceso con armas en  mano que portan los “guachimanes” o agentes de seguridad que tienen estas “empresas mineras  informales” durante las 24 horas al día.





Hermoso paraje en donde se ubican los petroglifos de El Olivar - Buenavista Alta


Vía de acceso que han "abierto" los mineros informales para sacar minerales de este sector en donde
se encuentran los petroglifos.


Esta senda o camino  de piedras nos conduce a una especie de plaza en donde al centro
se ubica una piedra grande con un dibujo del  sol grabado en una piedra.


Se puede observar el circulo que rodea a esta pequeña plaza circular.


Ahí esta la piedra grande  al centro en donde se puede observar la figura grabada del sol. y otras figuras estelares.


En esta foto se nota claramente la figura de un ser humano.


Esta es la piedra en  donde se puede notar la figura del sol y otras figuras grabadas.


En este grabado los "curanderos" realizan "pagos" a la Pacha mama con coca y cigarrillos.


Extraño grabado que simula una estrella.


Este tipo de figuras se pueden observar a lo largo del perímetro que cubren los grabados de El Olivar.


Extravagante  figura de un personaje con una característica peculiar.

Figura  que simulan "ojos" o naves espaciales


En esta piedra se puede observar la figura de un auquènido andino (llama, alpaca)


Una piedra con una  singular forma que la madre naturaleza nos ofrece


En esta foto se puede observar el daño que hacen los "mineros" en esta parte de Casma.










miércoles, 12 de junio de 2013

LOS AMIGOS QUE NO SON AMIGOS. Relato.- Autor: Víctor Hugo Dueñas

LOS AMIGOS QUE NO SON AMIGOS


En la pasiva ciudad norteña de Casma, habitó Alberto que solo vivía con su padre que se dedicaba a largas jornadas de trabajo en los campos agrarios por ser un técnico agropecuario, que enviudo a los pocos años en que nació su único hijo, con quien tuvo que aprender a los quehaceres del hogar.
Alberto y su padre vivían en una casa humilde donde día a día se tenía que enfrentar a la pobreza que le exigía  esfuerzo para atender las necesidades de su hijo quien no solo destacaba por su ímpetu sino que también en el barrio por ser atento y respetuoso: además de ser un alumno aplicado que a pesar de no tener los recursos económicos, era el más puntual, aseado y cumplido en colegio donde estudiaba.
La niñez de Alberto concurrió con el anhelo de vencer sus necesidades y labrarse para él y para su padre una futuro mejor; en un anochecer  cuando la vela que alumbraba las tristes noches de Alberto se acabó y que por falta de dinero se quedaron en total oscuridad que aprovecharon padre e hijo para conversar.

-          Alberto, hijo mío la vida nos  da ha dado lecciones que nos ha permitido superar nuestras limitaciones y lo único que deseo para ti es que crezcas y te hagas un hombre de bien – refirió con voz entre cortada su padre.
-          Entonces el hijo acaricio a su padre y le dijo: - Padre, tú te esfuerzas por darme lo mejor, y te prometo que cuando sea grande trabajaré para que juntos salgamos de la pobreza.

  En el barrio, por la tarde Alberto solía jugar con los amigos y en una de las tardes, luego de jugar a la pelota, intercambiando deseos con sus compañeros se expresó de tal manera que  los otros niños se quedaron asombrados.
-          Bueno amigos – Señaló Alberto – Todos compartimos las tardes de juego, hoy nos hemos dado un tiempo para conversar del futuro que cada uno de nosotros queremos, tengo la firme decisión de ser  profesional y que devuelva todo el amor y sacrifico que me ha dado mi padre durante estos años – con un mirada altiva expuso Alberto. De inmediato uno de los chicos que estaba cerca de él, comentò:
-          Alberto, hagamos un pacto de amistad para que cuando uno de nosotros este en desgracia los demás nos apoyemos –Este pacto fue un acuerdo que todos aceptaron.

Fue transcurriendo el tiempo, Alberto convertido en un joven inquieto, vivió otros momento de desgracia al perder a su padre quien falleció en el hospital local producto de una enfermedad que poco a poco acabo con él y que fue desconocido por su primogénito, quien tardó en superar  este lamentable suceso – Allí estuvieron junto a Alberto los amigos con quienes hicieron el pacto en la niñez. Le brindaron el apoyo emocional que requirió. Entonces Alberto se quedó solo en casa donde el recuerdo de sus padres le impulsó a tomar de decisión de enrolarse el ejército donde también destacó por su orden y disciplina. Al culminar su servicio militar incursionó en la misma actividad a la que se dedicó su padre, técnico agropecuario.
Trabajo arduamente junto a los amigos de la infancia y no perdieron la costumbre de frecuentarse en la tarde de los fines de semana que los reunía el deporte y el brindis amical.
En una de esas tarde. Uno de los amigos, llamó  a todos los compañeros, entre ellos Alberto, puesto el más intranquilo de grupo había sido detenido.
-          Lamento comunicarles que Enrique necesita de nuestro apoyo lo han detenido porque  ha sido uno de los integrantes de banda que se han dedicado a robar en esta zona – Los amigos se asombraron de este hecho y manifestaron su decisión de colaborar.
-          Alberto, a quien los demás consideraban, señaló: - Enrique nos necesita, seguro que tuvo urgencia que lo llevaron a delinquir, nosotros que somos su amigos debemos apoyarlo – esto generó la reacción de los amigos y uno de ellos, exclamo:
-          Alberto, tiene razón, hay que apoyarlo. Así los amigos se  unieron y lograron que Enrique sea puesto en libertad.
Después de varios meses, cuando asomaba la llegada de un nuevo día, cuando Alberto descansaba tranquilo en casa, llamaron con insistencia a la puerta y Alberto preguntó - ¿Quién es?,  Enrique cubriéndose parte del estómago, le pidió que lo ayudara – Soy Enrique, Alberto estoy herido y me desangro. De inmediato  Alberto le abrió la puerta y lo llevo hasta su cama saliendo en búsqueda de un médico que llegó tarde y no pudo evitar la muerte de Enrique que se había convertido en un avezado delincuente
Los amigos nuevamente se unieron el dieron cristiana sepultura al amigo que los decepcionó  

El tiempo siguió pasando, el pacto que Alberto y sus amigos hicieron durante la niñez fue consolidando la amistad de ellos, apoyándose en cada circunstancia en que uno de los del grupo pedía la ayuda de los demás.
Carlos, era uno de los amigos que había alcanzado una  economía estable y una calidad de vida que le permitía viajar continuamente. En uno de sus viajes sufrió un accidente de tránsito que acabó con su familia que recién había constituido. Enterados de este suceso  Alberto  no dudo en llamar a los integrantes de su grupo y nuevamente cumplieron el pacto de amigo que hicieron y que supieron respetar en cada ocasión que se presentaba.
-          Ahora es Carlos  quien nos necesita, él no nos pide dinero, lo que tenemos que hacer por èl es no abandonarlo en estos momentos en que ha perdido a su esposa e hija. – Señalo contraído Alberto.
-             Nosotros somos amigos, hicimos nuestro pacto de niños y lo estamos cumpliendo – dijo uno de ellos – No abandonaremos a nuestro amigo Carlos, lo apoyaremos y para ello nos turnaremos para acompañarlos mientras logre superar esta desgracia.
-          Alberto acotó: somos siete y propongo que cada uno de nosotros acompañe a Carlos cada día de la semana. La propuesta fue aceptada y se hizo el sorteo para determinar el rol de compañía. Alberto fue designado para los días lunes.
Demostrando el valor de la solidaridad, Alberto  durante un buen tiempo visitó y acompañó a su amigo Carlos todos los días de la semana y pudo darse cuenta durante este periodo de visitas que no todo cumplieron con lo acordado, ya que más de uno no llegaba en el día que le habían designado. Ante ello no reprocho y siguió apoyando a su estimado amigo, quien no pudo afrontar la complicada crisis que le había generado la depresión a la cual cayó por haber perdido a su esposa e hija. A pocos meses de decaer su salud murió en brazos de Alberto a quien le llego decir:
-          Amigo Alberto, no juzgues a los demás, tuvieron la voluntad de ayudarme pero no pudieron hacerlo, gracias a amigo nunca los abandones y vela porque nuestro pacto se cumpla a pesar del tiempo que no va envejeciendo  - Alberto, no soporto y rompió en llanto.
En el barrio, se había conformado un comité pro veredas. Los vecinos buscaban mejorar la condición de vida con una adecuada infraestructura urbanística, por eso coincidieron en proponer a Alberto como presidente del comité, todos respaldaron esta propuesta y se iniciaron diversas gestiones y organizaron más de una pollada para recaudar los fondos económicos que hicieron posible en breve tiempo la construcción de las anheladas veredas en el barrio. Evidentemente emocionado, el presidente del comité – Alberto – aprovecho la ceremonia de inauguración para decirles a sus vecinos.

-          “Queridos vecinas y vecinas iniciamos esta obra con la duda de muchos, porque creyeron que no lograríamos la construcción de nuestras veredas, pero gracias a la participación de la mayoría de ustedes hemos logrado nuestro objetivo. Me complace decirles que la unión hace la fuerza, y gracias a colaboración de nosotros mismos le hemos dado una lección a nuestro Alcalde que ha hecho oídos sordos a nuestro pedido. Estas veredas simbolizan la unidad de nuestra comunidad que sorteando nuestras diferencias y necesidades  hemos concretado nuestro viejo anhelo, ahora caminaremos sin empolvarnos. Gracias amigos y amigas”Los vecinos de Alberto saludaron el mensaje del Presidente del comité que había cumplido su objetivo – los aplausos no se hicieron esperar.

Así, Alberto se ganaba el aprecio y estima de los vecinos del barrio en donde todos destacaban sus cualidades de buen vecino, solidario y respetuoso que en cada uno de actos que le permitía llevar a la práctica todo aquellos que le impartió su desaparecido padre en cuya memoria en todo momento se desempeñaba con responsabilidad, esmero, dedicación y sobre respetando a su prójimo.
Sus vecinos no se cansaban de recordar la infancia y juventud sufrida de Alberto a quien casi siempre ponían de ejemplo en las tertulias familiares que se daban en cada una de las casas del modesto y unido barrio en donde creció Alberto junto al recuerdo de su madre que falleció a pocos años de su nacimiento  y de su padre a quien recordaba por su don de hombre honesto y trabajador.

Alberto por su condición de Técnico Agropecuario, cumplía su trabajo cotidiano en una conocida hacienda del Valle de San Rafael donde también era apreciado por sus compañeros de trabajo. Allí le dio la oportunidad de trabajo a Manuel y a Fabián, quienes sin considerar la amistad desde niños decepcionaron a Alberto a perpetuar un robo que puso en duda la honorabilidad del amigo que les extendió la mano y que nunca fue mezquino para apoyar a su prójimo.
Alberto fue denunciado, procesado y sentenciado por el robo que nunca cometió. Sus amigos que no supieron valorarlo no repararon en testiguar contra él en el juicio que lo llevó a prisión, donde tuvo que aceptar su destino que le deparó desde temprana edad, desgracia tras desgracia.
¿Dónde están mis amigos?, se lograba leer en una de las sucias paredes de su fría y solitaria celda que se convirtió en su única compañía durante su permanencia en un centro penitenciario donde a pesar de la traición  de Manuel y Fabián nuevamente confió en la amistad. Ganó amigos con quienes hizo menos penosa su carcelería.

Los amigos que junto a él hicieron el pacto nunca lo visitaron, lo abandonaron y jamás le dieron el apoyo. En el barrio donde supo darse de lleno a su prójimo le pagaron con indiferencia y lejos de ayudarlo nunca se interesaron por respaldar la inocencia que Alberto proclamaba.
Envuelto en la nostalgia y aceptando el olvido de los amigos Alberto aceptaba que el destino se había encargado de hacerlo vivir entre desgracia y desgracia. Vivió sus últimos días de vida en el total olvido y desamparo, él que siempre supo apoyar a su prójimo y que nunca dudo en ser solidario con lo demás experimentó que los amigos que profesan amistad nos  decepcionan y se convierten en expresión de desdicha.
En la lápida polvorienta de su tumba, algún desconocido escribió: “ALBERTO, TE AGRADECEMOS Y TE RECORDAREMOS, GRACIAS… CON CARIÑO TUS AMIGOS QUE  FUIMOS TUS AMIGOS”.

-          AUTOR: VICTOR HUGO DUEÑAS MEDINA
   





lunes, 10 de junio de 2013

AGRADECIMIENTO A LAS PRIMERAS 10,000 VISITAS. de Augusto Llosa Giraldo.

AGRADECIMIENTO A:

LAS PRIMERAS 10,000 VISITAS A ESTE

BLOG


Estoy en la Plaza de Armas de la Provincia de Ocros - Ancash

Con la emoción más grande del mundo, quiero agradecer muy  fraternalmente a cada uno de los amigos que visitan a diario  mi Blog http://llosagiraldoaugustoernesto.blogspot.com  que  el pasado viernes 07 de junio superó las primeras 10,000. Aún no salgo de mi asombro al constatar que es una realidad tangible, un hecho ineludible. Gracias por esa preferencia, por esa gratitud que me obliga a renovar mi compromiso ante ustedes para continuar por esta senda, por este delicioso trabajo  que dispongo para ustedes.

Retomar este segundo blog, no fue nada fácil, queridos amigos, no sólo por el hecho de haber sido víctima de un “hacker” que bloqueó la administración de mi primer blog en el año del 2011, denominado: “Manchan”, sino por hecho de haber perdido parte de los textos originales, fotos, videos en USB extraviados, que aún se pueden observar en el mencionado blog: http://wwwmanchancom.blogspot.com, que a la fecha ha superado las 33,549 visitas.
Con mucho esfuerzo y paciencia he ido recuperando uno a uno los textos, fotos (no siempre las mismas) y que ahora que ustedes disfrutar leyendo  y observado las fotos en este Blog “reconstruido” de más de 140  páginas, en poco más de 09 meses de haber  retomado el manejo de este blog  para deleite mío y de vosotros.

Finalmente, solo les digo que no cesaré en continuar con este esfuerzo, con este trabajo, porque amo la literatura que es mi mayor pasión;  y mi mayor sueño será, publicar uno de mis tres libros: “Los últimos días de Ushcu Pedro”, “Horcajo o los Caminos de Enredo” o el  “Compendio Histórico de Casma”, que lamentablemente por razones económicas que no están a mi alcance, no es posible hacerlos realidad  por ahora.

Cualquier comunicación al respecto lo pueden hacer a través del Facebook:

Atentamente



Augusto Llosa Giraldo

viernes, 7 de junio de 2013

"EL SUEÑO DEL CHEF".- Por Mario Vargas Llosa.

EL SUEÑO DEL CHEF

Por Mario Vargas Llosa.


Compartimos con ustedes este artículo de nuestro laureado escritor Mario Vargas Llosa, quien nos recuerda la labor de Gastón Acurio…que “Vale un Perú.”


A comienzos de los años setenta, en una casa limeña situada en el límite mismo de dos barrios, San Isidro y Lince, donde se codeaban la pituquería y el pueblo, un niño de pocos años solía meterse a la cocina para escapar de sus cuatro hermanas mayores y los galanes que venían a visitarlas. La cocinera le había tomado cariño y lo dejaba poner los ojos, y a veces meter la mano, en los guisos que preparaba. Un día la dueña de casa descubrió que su único hijo varón —el pequeño Gastón— había aprendido a cocinar y que se gastaba las propinas corriendo al almacén Súper Epsa de la esquina a comprar calamares y otros alimentos que no figuraban en la dieta casera para experimentar con ellos.

El niño se llamaba Gastón Acurio, como su padre, un ingeniero y político que fue siempre colaborador cercano de Fernando Belaunde Terry. Alentado por su madre, el niño siguió pasando buena parte de su niñez y su adolescencia en la cocina, mientras terminaba el colegio y comenzaba en la Universidad Católica sus estudios de abogado. Ambos ocultaron al papá esta afición precoz del joven Gastón, que, acaso, el pater familias hubiera encontrado inusitada y poco viril.

 El año 1987 Gastón Acurio fue a España, a seguir sus estudios de derecho en la Complutense. Sacaba buenas notas pero olvidaba todas las leyes que estudiaba después de los exámenes y lo que leía con amor no eran tratados jurídicos sino libros de cocina. El ejemplo y la leyenda de Juan María Arzak lo deslumbraron. Entonces, un buen día, comprendiendo que no podía seguir fingiendo más, decidió confesarle a su padre la verdad.
Gastón Acurio papá, un buen amigo mío, descubrió así, en un almuerzo con el hijo al que había ido a visitar a Madrid y al que creía enrumbado definitivamente hacia la abogacía, que a Gastón-hijo no solo no le gustaba el derecho, sino que, horror de horrores, ¡soñaba con ser cocinero! Él reconoce que su sorpresa fue monumental y yo estoy seguro de que perdió el habla y hasta se le descolgó la mandíbula de la impresión. En ese tiempo, en el Perú se creía que la cocina podía ser una afición, pero no una profesión de señoritos.
Sin embargo, hombre inteligente, terminó por inclinarse ante la vocación de su hijo, y le firmó un cheque, para que se fuera a París, a completar su formación en el Cordon Bleu. Nunca se arrepentiría y hoy debe ser, sin duda, uno de los padres más orgullosos del mundo por la formidable trayectoria de su heredero.

Gastón estuvo dos años en el Cordon Bleu y allí conoció a una muchacha francesa, de origen alemán, Astrid, que, al igual que él, había abandonado sus estudios universitarios —ella, de Medicina— para dedicarse de lleno a la cocina (principalmente, la pastelería). Estaban hechos el uno para el otro y era inevitable que se enamoraran y casaran.
Después de terminar sus estudios y hacer prácticas por algún tiempo en restaurantes europeos, se instalaron en el Perú y abrieron su primer restaurante, Astrid y Gastón, el 14 de julio de 1994, con 45 mil dólares prestados entre parientes cercanos y lejanos. El éxito fue casi inmediato y, quince años después, Astrid y Gastón exhibe sus exquisitas versiones de la cocina peruana, además de Lima, en Buenos Aires, Santiago, Quito, Bogotá, Caracas, Panamá, México y Madrid.

En estos restaurantes la tradicional comida peruana es el punto de partida pero no de llegada: ha sido depurada y enriquecida con toques personales que la sutilizan y adaptan a las exigencias de la vida moderna, a las circunstancias y oportunidades de la actualidad, sin traicionar sus orígenes pero, también, sin renunciar por ello a la invención y a la renovación. Otra variante del genio gastronómico de Gastón Acurio es La Mar, un restaurante menos elaborado y formal, más cercano a los sabores genuinos de la cocina popular, que, al igual que Astrid y Gastón, después de triunfar en el Perú, tiene ya una feliz existencia en siete países extranjeros. Y, como si esto fuera poco, han surgido en los últimos años otras cadenas, cada una de ellas con una personalidad propia y que desarrolla y promueve una rama o especialidad del frondoso recetario nacional, T’anta, Panchita, Pasquale Hermanos, la juguería peruana, La Pepay —el último invento por ahora— Chicha, en ciudades del interior dotadas de una comida regional propia, a la que estos restaurantes quieren dignificar y promover. En el año de 2008 la cifra de ventas del complejo fue de 60 millones de dólares.
Pero el éxito de Gastón Acurio no puede medirse en dinero, aunque es de justicia decir de él que su talento como empresario y promotor es equivalente al que despliega ante las ollas y los fogones. Su hazaña es social y cultural. Nadie ha hecho tanto como él para que el mundo vaya descubriendo que el Perú, un país que tiene tantas carencias y limitaciones, goza de una de las cocinas más variadas, inventivas y refinadas del mundo, que puede competir sin complejos con las más afamadas, como la china y la francesa. ¿A qué se debe este fenómeno? Yo creo que a la larga tradición autoritaria del Perú: la cocina era uno de los pocos quehaceres en que los peruanos podían dar rienda suelta a su creatividad y libertad sin riesgo alguno.

En buena parte es culpa de Gastón Acurio que hoy los jóvenes peruanos de ambos sexos sueñen con ser chefs como antes soñaban con ser psicólogos, y antes economistas, y antes arquitectos. Ser cocinero se ha vuelto prestigioso, una vocación bendecida incluso por la frivolidad. Y por eso, pese a la crisis, en Lima se inauguran todo el tiempo nuevos restaurantes y las academias e institutos de alta cocina proliferan.
Si alguien me hubiera dicho hace algunos años que un día iba a ver organizarse en el extranjero “viajes turísticos gastronómicos” al Perú, no lo hubiera creído. Pero ha ocurrido y sospecho que los chupes de camarones, los piqueos, la causa, las pachamancas, los cebiches, el lomito saltado, el ají de gallina, los picarones, el suspiro a la limeña, etcétera, traen ahora al país tantos turistas como los palacios coloniales y prehispánicos del Cusco y las piedras de Machu Picchu. La casa-laboratorio que tiene Gastón Acurio en Barranco, donde explora, investiga, fantasea y discute nuevos proyectos con sus colaboradores, ha adquirido un renombre mítico y la vienen a visitar chefs y críticos de medio mundo.
Gracias a Gastón Acurio los peruanos han aprendido a apreciar en todo lo que vale la riqueza gastronómica de su tierra. Él tiene un programa televisivo en el que, desde hace cinco años, visita cada semana un restaurante distinto, para mostrar lo que hay en él de original y de diverso en materia de menú. De este modo ha ido revelando la increíble diversidad de recetas, variantes, innovaciones y creaciones de que está hecha la cocina peruana. Cómo se da tiempo para hacer tantas cosas (y todas bien) es un misterio. Su programa “Aventura culinaria” ha servido, entre otras cosas, para que se sepa que, además de Gastón Acurio, hay en el Perú de hoy otros chefs tan inspirados como él. Esa generosidad y espíritu ancho no es frecuente entre los empresarios, ni en el Perú, ni en ninguna otra parte.

Si en Astrid y Gastón, La Mar o cualquiera de los otros restaurantes de la familia, usted se siente mejor atendido que en otras partes, no se sorprenda. Los camareros de Gastón Acurio —juro que esto no es invención de novelista—siguen cursos de inglés, francés y japonés, y toman clases de teatro, de mimo y de danza. Si después de recibir este entrenamiento deciden buscarse otro trabajo, “mejor para ellos”, dice Acurio. “Esa es la idea, justamente”.
El éxito no lo ha mareado. Es sencillo, pragmático, vacunado contra el pesimismo, y, como goza tanto con lo que hace, resulta estimulante escucharlo hablar de sus proyectos y sueños. No tiene tiempo para envidias y su entusiasmo febril es contagioso. Si hubiera un centenar de empresarios y creadores como Gastón Acurio, el Perú hubiera dejado atrás el subdesarrollo hacía rato.


© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario EL PAÍS, SL, 2009. © Mario Vargas Llosa, 2009.


jueves, 6 de junio de 2013

LAS FRUTAS GOLOSAS. (Cuento).- Autor: Luìs Huerta Lomotte.

LAS FRUTAS GOLOSAS

(Cuento)




En una fiesta sabrosa, las frutas se deleitaban con el repasar de una música movida, con el sabor astringente de las pulpas aromáticas y sabrosas, cual jugosos jugos chorreaban ardientes en las beldades bocas golosas de la humildad, la chusma y los exigentes encopetados. Renunciando a su virginidad y tapujos puritanos, putichinas ellas se levantaron en discursos deleitantes:

Una uva chiquita pero bien picosa se movía al ritmo de un merengue, su sabor agridulce hacía presagiar una cálida sensación de dobles en las encías; un rechinar de dientes la envolvió en un aliento de vida; una que otra tonada. Una ciruela le salió al encuentro, malicioso se cruzó en un líquido champagñesco que los dientes afloraron un dolor amoroso y penetrante a su manjar, mientras una palta rolliza se contorneaba con un ritmo reggaeton esperando ser devorada en una suculenta y sensual ensalada.

Al otro lado, dos plátanos dobleteaban sus curvaturas en sensación de noviazgo, observaban las horas de ser cogidas por las plásticas manos y las bocas agradables de las desenfrenadas damiselas que en el comensal se movían. Una guanabana no muy coqueta se puso muy triste en el éxtasis de su jugosa entraña, blanquecina y tersa. Era ella el postre final seguramente y así sentir el clímax del placer en tan candorosa boca.
Sin presagiar destino, apareció una sandía bien rolliza, colgaba su carnosa figura, mientras su velo y verde faldón floresta se levantaba para coquetear y mostrar su picaresca pulpa, entraba y entraba en apasionado deseo. Un mango que se comportaba todo galán de pacotilla entre los palomillas de las frutas jugaba muy ardiente con las vellosidades de su grandiosa carnosidad frutal, bien redonda y ovalada.

En el transcurrir de un pisco adoquinado y bien helado que pasaba por la gargantilla de un guapetón, el limoncito diminuto no se hizo esperar, tomó a la gordilla granadilla sus pepas y se dejó  arrojar. Diluido quedó y sintió el placer más profundo que un villano no tendría. Era la noche inesperada de un trágico trago, golpiza de bravucón.
En la cocina de la burda hada, los tomates se divertían por darse un baño en fragancia aceitosa, sintiéndose apetitosa como el aroma del fresco viento. Al verse atrapada, una lisonja cebolla lloraba su desgracia por haber sido picada por un filudo aguijón de un modesto bufón que no paraba de lastimar.

Y así, siguió la fiesta, todas ellas muy alegres se contorneaban y se bañaban en redondas jaranas de las bocas golosas que se movían al compás de una hermosa melodía y entre los dientes que las acariciaban; más de una terminó extasiada...


Autor: Luis Huerta Lomotte.

 "Mis nombres y apellidos completos son Luis Alfredo Huerta Lomotte, nací en la ciudad de Casma, calurosa tierra denominada "Tierra del Eterno Sol", el 08 de Abril de 1964, segundo hijo de don Zacarías Alfredo Huerta Sánchez y doña María Mercedes Lomotte Lindo".

Ha publicado diversos trabajos literarios y ha sido  Presidente de la ASEPCA de Casma , y de la AEPA a nivel regional. Ejerce la docencia magisterial.





EL NIÑO JUANCHO. Novela.- Autor: Augusto Llosa Giraldo.


EL NIÑO…JUANCHO

(Fragmento de la novela del mismo nombre)

Foto de mi sobrino nieto: Ernesto Llosa García.

Se diluye el inmenso velamen que cubre la tez del día, no tiene facciones finas sino de un abrupto terreno que presagia tormenta cuando muere el aliento apresurado del verano. Nadie podría presagiar lo que vendría después. La profundidad latente de la cordillera no tiene obstáculos para impedir que tú duernas la jornada pesada, cuando ya has recorrido por senderos desconocidos de día, de noche; otras veces escapando, huyendo cuando te señalaron que eras abigeo. “tan joven”.- “te tienes que cuidar Juancho, mi Juancho”.- “no llores amá que ya estoy grande para luchar por ustedes. Sabes amá, he pensado ir a la costa, allá puedo trabajar y ser otro. ¿No has escuchado la radio, necesitan trabajadores…”. La tarde se apresura y por el camino de debajo de la cerca, junto a una pendiente profunda se escucha que se acercan hombres a caballo; corre la madre a constatar lo que su corazón presiente, y de inmediato regresa corriendo pollera en mano, para con solo señas y gestos en perfecto silencio, ocultar a su hijo que en un santiamén desaparece, como por arte de magia de la rustica choza que lo ocultaba en lo alto de un promontorio rocoso que vigila el valle.

Esa noche en la casa grande de “Escalón” todos comieron en silencio. En la cara de la madre que relumbraba con el fuego del fogón, había una leve sonrisa de esperanza qué sólo María había notado desde la partida de su hermano mayor. La inesperada ausencia de Juancho  recaló con fuerza en el corazón dolido de la madre; había sido su brazo derecho desde que su padre murió  desbarrancado por el alcohol en una de esas noches tormentosas de la sierra.  Su ausencia no sólo se sintió en el pastoreo de su raleado ganado, en el cultivo de su pequeña parcela, sino sobre todo en el cuidado de sus tres hermanas que ya eran vistas como mujeres por los vecinos del lugar, lo cual le fastidiaba a Juancho, ha hora lejos y corrido por la justicia.

La sequía terrible  asolaba toda la región dejando los campos desolados, secos que obligó a los campesinos a sobrevivir emigrando hacia la costa que se divisa desde lo alto de la cordillera, cómo una delgada franja que brilla junto a un manto azul que lo opaca. Su efecto fue devastador para las familias más pobres, los más humildes. La familia de Casimiro Huallpa Consolación fue una de las pocas que resistieron  casi hasta el final. Tuvieron suerte de tener un “ojo de agua” dentro de su parcela de límpido discurrir que emanaba debajo de una enorme roca, formando un pequeño riachuelo, ubicado al centro de su parcela que nunca se secó. Este manantial no sólo fue  la salvación de ellos, sino de muchas otras familias que de muy lejos venían para llevar un poco de agua en viejos recipientes de todo tipo, que desde muy temprano se atestaba de gente, incluido el ganado sediento. Muchos de ellos llegaron a creer que este manantial era obra de Dios, o simplemente un “milagro” de la Santa Cruz que se venera en la comunidad campesina desde épocas inmemoriales. La mayoría de las familias perdieron a sus hijos varones, incluyendo esposos, hermanos, primos que en grupos abandonaban sus tierras con nostalgia en busca del sustento diario para  sobrevivir.  Y llegaban a la costa en donde les ofrecían mano de obra barata en puestos de trabajo mayormente para el campo, ya sea en la “paña de algodón” cosechas de ajíes, esparrago o mangos. Los que tenían un poco de dinero podían poner un pequeño negocio como ambulantes de venta de chupetes, frutas, o comidas al paso, otros con mejor suerte se convertían en “chulillos” de camiones, o de ayudante de cocina, o de obreros de la construcción civil, entre otros menesteres.

En estas  condiciones sólo las mujeres de toda condición no pudieron abandonar el campo, quedaron a cargo de todo: al cuidado de sus parcelas, del flamèlido ganado  que aun subsistía, de sus hijos, ancianos y enfermos. Había llegado la época escolar y los niños se negaban a asistir a la escuela, ya sea por jugar en sus desoladas tierras o por pastar sus animales que de hambre a veces tenían que dormir cuando la noche caía. El teniente gobernador  encargado de la inscripción de los nuevos alumnos, tenía que rogar a sus madres para que inscriban a sus hijos...



(Fragmento de la Novela "El Niño Juancho" de próxima publicación)