OSITO, EL NIÑO PAPÁ
(Para P.C.D con la inspiración más grande del mundo, este pequeño recuerdo
a la distancia)
“Pero papá, yo no sabía lo
que iba pasar”.- gritaba el adolescente entre el dolor de los latigazos que le
propinaba su progenitor, quien correa en
mano castigaba a aquel niño grande, de apenas dieciséis años.
“Trabajo como una bestia,
para que no te falte nada y estudies, y seas otro mejor que yo, y mira cómo me
pagas”. Le enrrostraba en su cara, eufórico,
lleno de ira al enterarse que su
hijo ya era papá. Había embarazado a una niña de su misma edad, ambos
estudiantes del colegio.
“Papá, perdóname, ya no me
pegues”.- le gritaba mientras trataba de zafarse de la
mano de su padre, que lo sujetaba con fuerza de una de sus manos. Fue su madre quien
tuvo que intervenir para calmar la furia de su padre. Se interpuso entre los
dos y gritó:
“Nada sacarás con más golpe,
cálmate, esto lo tenemos que arreglar de alguna manera…” los abrazó a los dos y
llorando le dijo a su hijo:
“Hijo, por qué nos has hecho
esto…por qué”. Los tres abrazados lloraron juntos hasta que llegó la noche.
“Osito” cómo le llamaban sus
padres y amigos, recién entendió que estaba en serios problemas, qué no sólo
comprometía sus estudios, sino su propio futuro de aquí para adelante.
Días después su madre tuvo
que visitar la casa de los padres de la joven embarazada, en busca de una solución entre padres. No había otra salida que llegar a un
acuerdo mutuo, y negociar, siempre y cuando ellos acepten.
En este primer encuentro de
exploración sólo conversaron entre mujeres, ambas se recriminaron por el
cuidado de sus hijos, y después de una larga discusión llegaron a comprender que tenían que
aceptar el embarazo y reunirse ambas familias para ponerse de acuerdo en este
peliagudo asunto que los comprometía de sobre manera.
Llegó el día indicado, la
primera reunión sería en casa de ella, ambas familias se prepararon para la
ocasión, él futuro papá se puso lo mejor de su ropa dominguera, al igual que
sus padres; en casa de la futura mamá, igual se disfrutaba un ambiente tenso, y
a la hora convenida la familia tocó la puerta llena de nervios pero en
perfecto silencio.
Al abrirse
la puerta, “Osito” pudo oler en
el ambiente el perfume que ella usaba cada vez que iban a fiesta los fines de
semana. Fue el padre de ella quien los recibió con los saludos respectivos, y
el clásico apretón de mano, en sus caras
se notaba seriedad y cuando se acercó para
darle mano a su futuro yerno, éste se estremeció y cómo que quiso evadirlo, y entre dientes susurro unas
palabras que nadie entendió.
Todos se sentaron en la
salita que estaba bien retocada, se miraron las caras y allí recién “Osito”
pudo observarla a ella, que desde una esquina la miraba con una hermosa sonrisa
que hizo que sus dientes blancos
brillaran con la luz que ingresaba por una de las ventanas de la casa. Nadie
podía disimular la incomodidad de esta conversación, y cuando el silencio los
iba a envolver a todos, fue la madre de
él que tomando aire y haciendo un
esfuerzo sobre humano, comenzó a justificar lo sucedido y señalar que su hijo
aceptaba el embarazo de ella y estaban
dispuestos a apoyar dicho embarazo, con la única condición que ambos vivieran
en sus casas, y en lo posible culminen sus
estudios, sobre todo ella que ya tenía cinco meses de gestación, y aún
faltaba tres meses para concluir el año lectivo.
Los padres de ella se
miraron las caras, para luego ambos mirar
a la futura madre, quién sonriendo y asintiendo
la cabeza, dio por aceptada dicha propuesta. Ambos se miraron, y nadie
impidió que en un impulso inusitado se abrazaran y con un largo beso,
estamparan su compromiso de ser padres.
Esto fue el inicio de una
relación tormentosa que aún continua con el nacimiento de una hermosa niña, que les ha robado el corazón a sus familiares y en especial de su joven padre que la adora y
es la razón de su existir y le ha cambiado la vida, qué duda cabe.
Nunca pensé que este relato de un hecho real, sea el más leido en mi blog, les agradezco a los amigos que así lo valoren, porque incluso estoy pensando convertirlo en una novela corta...
ResponderBorrarGracias por sus lecturas y aportes