jueves, 31 de enero de 2013

"LOS ÙLTIMOS DÍAS DE USHCU PEDRO".- Autor: Augusto Llosa Giraldo.


Plaza de Armas del distrito de Quillo - Yungay.

Augusto Ernesto Llosa Giraldo

Los últimos días de
USHCU PEDRO

Una historia desde  las entrañas
de la Realidad Peruana


Casma -  Ancash  -  2013


EPÍGRAFE 
“Nosotros que hemos vivido cerca,
que los hemos estudiado  en su intimidad,
hemos recogido de sus labios a costa de algún trabajo,
por su natural desconfianza y el temor de que sirvan de mofa
de sus ingenuas referencias,
estos esbozos con su profunda filosofía,
que por  primera vez ven la luz como una débil contribución
que todos los verdaderos  peruanos debemos a nuestros antepasados”.

ADOLFO VIENRICH

 

DEDICATORIA

A los hombres y mujeres de la  Comunidad Campesina “Virgen del Rosario” de Quillo; a los maestros jóvenes que forjan a diario el nuevo porvenir de los hombres del campo.

A los compañeros y amigos que me alentaron y dieron fuerzas para continuar en la senda de la literatura, y en especial a C.R.A.

    A todos ellos, mi gratitud y reconocimiento eterno.



UNA EXPLICACIÓN NECESARIA

            Esta novela corta fue escrita en la ciudad de Carhuaz y presentada al Concurso Regional de Narrativa que organizó dicha Municipalidad Provincial  y la Ong. IIA en 1,991, en donde obtuvo el Primer Lugar, la misma que fue publicada por los organizadores del mencionado evento.

            En esta segunda edición debo admitir que he realizado modificaciones y correcciones del  libro original, a la luz de la verdad histórica que es única y atemporal.


El autor

 

INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA EDICIÓN

Conocer el pasado para intentar reconstruir en parte en el mismo lugar de los hechos, lo que significó el Gran Levantamiento  o Insurrección Indígena de 1,885, sucedido en el Callejón de Huaylas, comandado por PEDRO PABLO ATUSPARIA, y PEDRO CELESTINO  COCHACHÍ DE LA CRUZ  HUARCA, más conocido como USHCU PEDRO y su posterior derrota; ha sido fruto del trabajo colectivo de quienes propusimos develar los últimos días de existencia del gran guerrero  Carhuacino, PEDRO COCHACHI, que ha permanecido oculto por más de 106 años de olvido; o en todo caso, complementar los trabajos referidos al tema, que escritores  de la talla de Manuel Reina Loli, del casmeño Jaime López Raygada, Oscar  Colchado Lucio, entre otros que  se han ocupado de escribir y estudiar, sobre esta importante gesta librada en los escenarios agrestes de la Cordillera Negra de nuestra Región Ancash.

            Este modesto relato que ofrezco a nuestros lectores, intenta aproximarse lo más cerca posible de  los últimos momentos cruciales que le tocó vivir a este inolvidable  guerrero indígena, que supo enfrentar y morir con dignidad, a pesar de la adversidad y las condiciones históricas de su época. USHCU PEDRO paradigma del heroísmo llevado al grado sumo, merece el reconocimiento  de sus antecesores  para tenerlo siempre presente  en la memoria colectiva de nuestros pueblos.


Carhuaz,  17 de Abril de  1991

          



INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA EDICIÓN


Esta segunda edición se hace posible gracias al aliento de un sin número de amigos  que se han preocupado por conocer y animarme a publicar este trabajo culminado hace 23 años  en la hermosa ciudad de Carhuaz  en donde lo escribí de un “tiròn” como se dice en el argot literario, que ahora vuelvo a reeditar para deleite  de nuestro lectores.

En esta nueva edición he tenido necesariamente que realizar algunos ajustes y correcciones al original, qué como toda  novela de ficción qué  se basa en un hecho real  que ocurrió en nuestra tierra es obvio que haya tenido que revisar un poco la historia de los hechos en si y del  personaje  como tal;  relevar el hecho histórico que a marcado la historia de nuestra región es una obligación moral que ahora compartimos con ustedes.

No está demás agregar que la historia misma del personaje y el movimiento insurreccional que condujo en la última parte de esta epopeya campesina esté íntimamente ligada a los intereses de los  campesino desposeídos  de aquella época, y sea una historia que en lo fundamental se basa en la fuente  oral, ya que nadie pudo ser  testigo de los momentos  cruciales que le toco vivir a Pedro Cochachi;  ninguno de los cronistas, escritores o periodistas de esos años que escribieron sobre él, fueron testigos de excepción;  todos se han valido de testimonios orales y escritos de terceros y notas sueltas periodísticas que en muchos casos han distorsionado el comportamiento del personaje y los hechos mismos.

Con esta versión lo que pretendo en reivindicar su memoria, y aleccionar a las futuras generaciones para que conozcan a un personaje que existió, que fue de carne y hueso  y luchó por ideales de justicia y libertad para su gente, para su raza; contra el poder y el abuso imperante de los gobernantes de turno, ofrendando su vida  y que hoy la historia de nuestro pueblo reivindica con honestidad  y responsabilidad.


Casma, marzo del 2013




PROLOGO

            Dicen que es en los momentos precisos en que  la urgencia reclama   la vida, una reacción en cadena absorbe la energía activa, la acefalia social reclama la idea, aunque inconscientemente; y los sentimientos  en los actos humanos necesitan de la poesía, en esos instantes; en los lóbregos momentos de que la lectura constructiva se ha auto y planificada  proscrita, en la que se ha perdido el interés  por conocer nuestra realidad, y se ha determinado cual úcase que es un privilegio el pensar, más aún que cuando lo que nos llega, viene enredado y  lacrado con confusas irrealidades, tramontando como quiere el sistema imperante. La vida se yergue, camina y de manera prístina nos da una oportunidad, el  acercarnos hacia  batallas propias, ideas y creaciones propias, autóctonas de  gestas y hombres, de esfuerzos, sudores y sacrificios por construir una patria con utopías, principios, historia, epopeya, y sobre todo  con la imagen de un pueblo  derrochador de heroísmo  y  valentía, ese es el Perú,  es nuestra patria.
            El tema en la escritura, muestra su virilidad no  en la novel y temporal tinta, sino, en el espíritu joven e intemporal que lleva dentro, en la representación verdadera  de una expresión que hace caminar y desarrollarse a una o varias generaciones; a la pluma vanguardista que aprisiona y abraza ideales, por sentar una verdadera frase “sólo soy un instrumento de la libertad”,  que construye a través de ejemplos claros  una historia que ha caracterizado a nuestros pueblos desde hace mucho, la lucha  constante por su identidad, por el progreso y la cultura, que salga del snob, la moda, la superficialidad, las frases de falsos  “modernistas” o “posmodernistas”, que al final  son intentos de una forma para  mantener la confusión literaria y la pinza alquilada.
En los últimos días del Gran guerrero Ushcu  Pedro, encontramos un aporte a la virilidad y trascendencia en el escritor por  devolvernos  la mística  y la personalidad histórica del verdadero hombre peruano, no para soñarlo, sino que a partir  de esta afirmación mirar para delante.
            Nos han contado aquellos quienes  han colgado a fusilado a nuestros héroes que jamás tuvimos autóctonos referentes, que el ser afro – latino – indoamericano es y fue siempre un ser sumiso, incapaz he aquí una fundamental recreación e inventiva a través de datos históricos de la época  pos guerra del pacífico y sus personajes que siempre buscaron la liberación, la inclusión, democracia y respeto hacia su muestra identitaria.
Ushcu Pedro nació  o  era oriundo del poblado de Ataquero, situado en las faldas de la Cordillera Negra. Pedro Celestino pasó su niñez en Ataquero al lado de sus padres y hermanos menores: Celestino, Maximiliano y Manuel. Al quedar huérfano de padre a los once años, tuvo que asumir la responsabilidad del hogar ayudando a su madre en el cultivo de las tierras que tenían en ese lugar. En su juventud fue minero en la zona de Uchcus, al servicio de José Laguna, alternando con el arrieraje, haciendo viajes a los pueblos de la Costa: Casma, Quillo, Yaután, Tambo Real. Luego también en el Padrón de Minas de 1883, aparece inscrita una posesión el 23 de noviembre de 1883 en el cerro de Cashma de la zona de Uchcus de 100 x 200 metros de mineral de plata, denominado de la Virgen del Rosario, en compañía de los mestizos del distrito de Shupluy, el profesor Estanislao Hidalgo Alegre y Lorenzo Giraldo. Por su testamento, del 29 de setiembre de 1885, hecho en Casma, se sabe que poseía dos bocaminas en Carhuapampa que producían 30 marcos por cajón y además era propietario de unas tierras en Ataquero.
Fue  en el año de 1885, como producto de las reivindicaciones no resueltas  por la emancipación en 1821, además de la traición de la clase gobernante peruana en la guerra con Chile 1879 - 1883, en la que muchos compatriotas indígenas lucharon resueltamente en la campaña de la breña contra el invasor chileno, por la nación y su propia reivindicación, en la costa seguían las sublevaciones  de los negros individual y colectivamente; en la sierra los indios van a continuar rebelándose contra la servidumbre en las haciendas, y contra la fiscalización excesiva que se les imponía, en el caso de las comunidades indígenas, particularmente  contra el impuesto de la contribución personal indígena y las faenas gratuitas como la república, hechos que a través de un memorial firmado por 40 alcaldes indígenas  encabezados por Pedro Pablo Atusparia fue presentado ante el prefecto de Huaraz para su eliminación, el cual en lugar de atender; hizo mofa para intentar incrementar el escarnio que se iba afirmando contra  la nación indígena en nuestra patria. Esto rebasó todos los linderos de respeto y supuesta sumisión, luego de haber castigado a los jefes de esta solicitud, de haberles cortado las trenzas, la comunidad  indígena se puso de pie y empezó lo que hoy conocemos como una de las principales gestas de rebelión indígena en nuestra patria anidada en el departamento de Ancash, la gesta de Atusparia y Ushcu Pedro.
Desde marzo, mayo al mando de más de cincuenta mil indios, luego de la represión de las fuerzas militares, la rendición de Atusparia, intentó reconquistar la ciudad, pero fue contenido con una gran matanza de sus tropas. Siguió a ello una terrible represión, fusilamientos, torturas y violaciones de mujeres, crímenes cometidos por la soldadesca y los milicianos chinos y zambos. Sólo Uchcu Pedro continuó en la lucha, pero finalmente cayó en una celada y fue fusilado, la tarde del 29 de agosto de 1885; pero no murió, ya que los ancashinos y peruanos debemos de reivindicar  esta gesta y superarla en sus contenidos y alcances, tareas de las generaciones que el día de hoy están y de las que vendrán.

            En la época en que el Perú se había ido desarrollando ya como una nación en la que muchas razas fueron entremezclándose en una mayoría indígena,  a la sazón de quienes iniciaron la rebelión por la reconstrucción del Tawantinsuyo faltó el elán que afirmaba José Carlos Mariategui: Así terminó la sublevación india campesino-minera de Atusparia y Uchcu Pedro, una de las tantas que -como recuerda, “Fracasó por falta de fusiles, programa y doctrina”. A una lucha de liberación y reivindicación nacional, se le impulsó una lucha de razas, aún cuando las razas mayoritariamente eran indígenas, el Perú ya era una multietnia que buscaba construir su nación, y por lo tanto sus luchas eran más amplias, su programa y doctrina debería haber abarcado a las mayorías y debió con esto, estar mejor armada para culminar con éxito la gesta heroica e histórica en nuestra patria y región.
La importancia de la gesta Indígena – campesina – minera, que llevó a su nivel más alto Pedro Cochachin de la Cruz Huarca “Ushcu Pedro” en 1885, reside al entender de casi todos los investigadores, que desmitifica la sumisión de una raza, la supuesta inferioridad que durante toda la etapa colonial y republicana se nos ha hecho creer, y más bien resalta la grandeza  de los hombres del Perú, en su intento por lograr una sociedad superior, sin diferencias raciales, con democracia, inclusión, y sobre todo con la capacidad de manejar de manera directa la patria misma, derrochando sacrificio, entrega, coraje y mucho amor por el horizonte que les espera, así  como el suelo que los anidara.
A través de la gesta  de 1885 podemos comprender  la esencia de la historia peruana,  de sus luchas, de su fortaleza, de sus capacidades, como  en etapas primigenias y que nosotros no queremos admitir, la contradicción entre nuestras inmensas riquezas materiales y culturales y la incapacidad de concretar proyectos políticos sólidos, incluyendo a todos. Esa es la real tragedia, no la guerra. Ellos son el espejo de lo que podemos ser y no somos. Nos conformamos con ver el pasado de reojo, y Ushcu pedro no nos lo describe con sus esfuerzos  así, a través de las hazañas de muchos héroes, del hombre común peruano  es que debemos de emprender el cambio, y una de las formas para empezar es recreándonos con la obra de Augusto Llosa Giraldo, “LOS ULTIMOS DIAS DE USHCU PEDRO”

                                               Casma, noviembre del 2012

                                                       Leonid Castillo Silva


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CAPITULO  I

            Los últimos rayos del sol caían tristemente  sobre la cumbre del cerro “Ampicoto”, que vigila la parte alta de Quillo, el crepúsculo  enrojeció  repentinamente su resplandor, como queriendo presagiar que algo malo iba  a pasar; mientras las tropas cansadas de Ushcu Pedro, hacían un alto para descansar, luego de un arduo viaje que los llevó cruzar la Cordillera Negra por la altura de Matacoto. En busca de abrirse camino pasó hacia la costa  para pertrecharse  de armas que en ese momento carecían, luego de  sufrir varias derrotas militares en el Callejón de Huaylas, y su posterior repliegue hacia la Cordillera Negra.

            Silenciosamente la tropa mal raída físicamente, pero con la moral alta acampaba en la pequeña quebrada de Huallajanja para recuperar sus fuerzas y luego tomar Quillo por asalto. Pedro Cochachí más conocido como Ushcu Pedro, convocó de inmediato a su Estado Mayor para preparar el desplazamiento de la tropa y a la vez comisionar un destacamento de avanzada que inspeccionara la zona antes, y detecte al enemigo local y sus posibles refuerzos  de Lima que llegaban a través del Puerto Casma.

            La discusión fue larga como pocas veces ocurría para tomar una decisión sin mayor peligro. Al final se decidió  encomendar a seis de sus mejores hombres para infiltrarse por la noche en el pueblo e informar posteriormente los resultados de la presencia del enemigo.

            Los seis hombres fueron de inmediato convocados e informados de la acción y preparados para partir, Sólo llevaban un poco de cancha tostada, papa sancochada, y la buena suerte de los jefes al partir.

            A la mañana siguiente muy temprano, Ushcu Pedro pasaba revista a sus tropas  compuesta por  unos 300 hombres, se desplazaba preocupado, en su mente se encontraba presente la figura de sus hombres que en esos momentos cumplían la misión encomendada. Ordenó como una forma de tomar precaución y de confundir al enemigo que se  construyera  en lo alto de los cerros, figuras semejantes a hombres  con piedras y palos que a lo lejos aparentaran  ser guerreros armados dispuestos a atacar, mientras tanto los seis hombres hacían su ingreso al pueblo. Se habían dividido en dos grupos, uno de ellos se apostó junto a la iglesia y el otro a la entrada del pueblo que da a la parte baja. Ambos grupos iban vestidos a la usanza del lugar para no despertar sospechas, con ponchos y su talega de coca que no cesaban de chacchar.

            Al llegar  la mañana uno de los grupos se dirige a una tienda para comprar coca y a la vez indagar disimuladamente sobre las autoridades locales; uno de ellos preguntó en quechua:
.- Buenos días señora, véndenos coca.
.- ¿Cuánto desea?.
.- Media Libra nomás.
.- ¿Cuanto es?, preguntó el joven indio, a lo que el señor respondió:
.-  Son 5 centavos; (mientras la señora le daba el vuelto, uno de ellos preguntó).
.-  Disculpe señora, nosotros somos de Coracollo, y queremos saber quienes son las autoridades de Quillo, para hacer una gestión, ya que es la primera vez  que venimos; la señora mirándolos fijamente les respondió:


.-  A un  costado de la iglesia se encuentra el municipio, allí está el alcalde, a él le pueden preguntar por las demás autoridades del pueblo.
.-  Muchas gracias, contestó el indio e hizo una reverencia.

            De otro lado, el segundo grupo  se dedicó a recorrer silenciosamente las calles del pueblo a fin de descubrir la presencio del enemigo. Al cabo de varias horas no encontraron ninguna presencia militar, todo parecía normal, pero el aire tenso y enrarecido  denotaba algo que no se podía explicar.
            Por fin llegó el medio día y sorpresivamente se inició un inusual movimiento de las autoridades locales, pronto las voces corrieron, se comentaba que las autoridades preparaban un gran recibimiento para homenajear a Ushcu Pedro – luchador de los campesinos -, la sorpresa fue mayúscula entre la gente, que entre sorprendida y asustada comentaba:
.- ¿Como es posible que reciban a ese bandido?, supay pa' guagua, ladrón que ha matado a muchos cristianos……

            Este comentario generalizado corrió  como reguero de pólvora en todo el pueblo y valle.

            El alcalde anunció que las tropas de Ushcu Pedro se encontraban  cerca y serían recibidos  con “honores”, que la familia Arteaga lo haría compadre para que bautice a uno de sus hijos; por eso el gobernador  encomendó  a una comisión de invitación compuesta de nobles quillupinos, que se encargarían  de comunicarle al guerrero rebelde  la decisión  de las autoridades del pueblo.

            Entre  sorprendidos y presurosos  encaminaron  su regreso los seis hombres encomendados por el jefe guerrero; no podían creer lo que habían  escuchado y visto con sus propios ojos, comentaban entre ellos sus impresiones y se resistían a  aceptarlo; al fin llegaron en horas de la tarde al campamento entre cansados y de hambre; de inmediato se dirigieron al lugar en donde se encontraba Ushcu Pedro; este los saluda de pie y sin más pregunta les dice:
.- ¿Hay tropas enemigas?.
.-  Manan Cancha Tete.
.-  ¿Están seguros?
.-  Así es jefe, hemos revisado todo el pueblo y sólo hay cuatro policías, eso es todo….. pero el pueblo sabe que estamos cerca de Quillo, así lo han dicho las autoridades, que lo van a recibir a Ud, para saludarlo y homenajearle; así como también lo van a hacer compadre, para eso viene una “comisión” de notables a invitarlo a Ud.

            Ushcu Pedro totalmente sorprendido por lo que acababa de escuchar, se saca el sombrero que lleva puesto y luego de mirar el cielo azul, se sienta y pide que se sienten todos  los que lo rodean, transcurrieron varios minutos de silencio y luego pronunció a secas:

.- ¡ Eso es una trampa, no lo puedo aceptar, hay que pensar que nunca los blancos miserables nos van a aceptar como ellos, y menos nos van a recibir como dicen, debe haber otro interés para que todos vayamos!.....¡Yo creo que es  una trampa!..... Ustedes que dicen…..

            Y mirando a todos los jefes, llama  a uno de los jóvenes asistentes, y pide un vaso de agua.

            El murmullo se generalizó, todos hablaban de dos en dos, Ushcu Pedro les escucha silenciosamente, hasta que de pronto poniéndose de pie, pide silencio y dice:

.-  Tomemos las cosas con calma, esperemos que venga  esa llamada comisión, para escuchar sus palabras y ver en sus ojos la traición…..

            Todos callaron en señal de acuerdo, y en silencio  se levantaron de sus asientos, y haciendo reverencia se retiran; sólo quedaron sus lugartenientes; Simón Huarca y el joven guerrero llamado Andrés.

            El frío de la noche recogía los últimos rayos del sol, y en medio de los roquedales que circulaba la tropa, se podía divisar la débil luz de las lámparas que alumbraban principalmente  el fogón en donde se preparaba la cena de la noche; que sería la última que Ushcu Pedro compartiría con sus hombres, a quienes amaba y quería como a sus propios hijos.

            Esta fue la noche más larga que vivió Ushcu Pedro, comió en silencio, pensando en los informes de sus hombres que habían traído de Quillo; terminada la cena, se dirigió a la parte alta en donde él, junto a sus hombres más fieles y de confianza dormían; se sentó, sacó su arma del cinto y acomodó su cama, consistente en gruesos jergones de lana de oveja y una frazada gruesa de hilo costeño; prendió un cigarro y comenzó así mismo a chacchar su coca sentado junto a Simón Huarca y al joven Andrés, quienes también chacchaban y silenciosamente contemplaban a su jefe guerrero, entre la media luz que reflejaba desde la parte baja del lugar.

            Un viento suave y frío recorrió el lugar; sólo los pocos caballos y burros de carga resoplaban y rebuznaban en medio de la oscuridad que cernía la agreste naturaleza, característica de estos valles montañosos de la sierra.

            Al cabo de una hora, Ushcu Pedro veía como su pucho de cigarro chispeaba y se apagaba, su coca en la boca no “armaba”, y se hacía agua; lo que lo llevó a levantarse bruscamente y gritar:

.-  ¡Maldición!.

            Sus hombres al escucharlo  se levantaron asustados  de inmediato y prendieron presurosos sus pequeñas fogatas.

            Ushcu Pedro sudaba frío,  su cara desencajada  expresaba su rabia contenida, por lo que Simón y el joven Andrés acercándose y palmeándole el hombro le dicen:

.-  Jefe, no se preocupe, no va a pasar nada, nosotros lo vamos a proteger y a luchar por el bien de nuestra causa.

            A lo que él respondió.

.-  El cigarro y mi coca me  están avisando que algo malo va a pasar, estoy seguro, nunca me fallan….
.-  Pero jefe tenga calma, para eso estamos todos preparados para luchar y mientras  estemos unidos daremos la lucha hasta morir…

            Estas palabras finales lo calmaron un poco; los dos hombres lo llevan tomado del  hombro nuevamente a su cama, y entre bromas comentan, que no se puede confiar en la superstición del todo, por que a veces falla.

            Ushcu Pedro callado, aceptó acostarse y se prometió no volver a fumar y chacchar esa noche, pero por más que intentó conciliar el sueño  le fue imposible hacerlo, y casi al amanecer,  apenas si “pegó el ojo”, antes de levantarse muy de madrugada.

Continua...







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