Augusto Ernesto Llosa Giraldo
Los últimos días de
USHCU PEDRO
Una
historia desde las entrañas
de la Realidad Peruana
Casma - Ancash - 2013
EPÍGRAFE
“Nosotros
que hemos vivido cerca,
que
los hemos estudiado en su intimidad,
hemos
recogido de sus labios a costa de algún trabajo,
por
su natural desconfianza y el temor de que sirvan de mofa
de
sus ingenuas referencias,
estos
esbozos con su profunda filosofía,
que
por primera vez ven la luz como una
débil contribución
que
todos los verdaderos peruanos debemos a
nuestros antepasados”.
ADOLFO VIENRICH
DEDICATORIA
A los hombres y mujeres de la Comunidad Campesina “Virgen del Rosario” de
Quillo; a los maestros jóvenes que forjan a diario el nuevo porvenir de los
hombres del campo.
A los compañeros y amigos que me alentaron
y dieron fuerzas para continuar en la senda de la literatura, y en especial a
C.R.A.
A
todos ellos, mi gratitud y reconocimiento eterno.
UNA EXPLICACIÓN NECESARIA
Esta
novela corta fue escrita en la ciudad de Carhuaz y presentada al Concurso
Regional de Narrativa que organizó dicha Municipalidad Provincial y la Ong. IIA en 1,991, en donde obtuvo el Primer
Lugar, la misma que fue publicada por los organizadores del mencionado evento.
En esta
segunda edición debo admitir que he realizado modificaciones y correcciones
del libro original, a la luz de la
verdad histórica que es única y atemporal.
El
autor
INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA
EDICIÓN
Conocer el pasado para intentar reconstruir en parte en
el mismo lugar de los hechos, lo que significó el Gran Levantamiento o Insurrección Indígena de 1,885, sucedido en
el Callejón de Huaylas, comandado por PEDRO PABLO ATUSPARIA, y PEDRO CELESTINO COCHACHÍ DE LA CRUZ HUARCA , más conocido como
USHCU PEDRO y su posterior derrota; ha sido fruto del trabajo colectivo de
quienes propusimos develar los últimos días de existencia del gran
guerrero Carhuacino, PEDRO COCHACHI, que
ha permanecido oculto por más de 106 años de olvido; o en todo caso,
complementar los trabajos referidos al tema, que escritores de la talla de Manuel Reina Loli, del casmeño
Jaime López Raygada, Oscar Colchado
Lucio, entre otros que se han ocupado de
escribir y estudiar, sobre esta importante gesta librada en los escenarios
agrestes de la
Cordillera Negra de nuestra Región Ancash.
Este modesto relato que ofrezco a
nuestros lectores, intenta aproximarse lo más cerca posible de los últimos momentos
cruciales que le tocó vivir a este inolvidable
guerrero indígena, que supo enfrentar y morir con dignidad, a pesar de
la adversidad y las condiciones históricas de su época. USHCU PEDRO paradigma
del heroísmo llevado al grado sumo, merece el reconocimiento de sus antecesores para tenerlo siempre presente en la memoria colectiva de nuestros pueblos.
Carhuaz, 17 de Abril de 1991
Carhuaz, 17 de Abril de 1991
INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA EDICIÓN
Esta segunda edición se hace posible gracias al aliento
de un sin número de amigos que se han
preocupado por conocer y animarme a publicar este trabajo culminado hace 23
años en la hermosa ciudad de
Carhuaz en donde lo escribí de un
“tiròn” como se dice en el argot literario, que ahora vuelvo a reeditar para
deleite de nuestro lectores.
En esta nueva edición he tenido necesariamente que
realizar algunos ajustes y correcciones al original, qué como toda novela de ficción qué se basa en un hecho real que ocurrió en nuestra tierra es obvio que
haya tenido que revisar un poco la historia de los hechos en si y del personaje
como tal; relevar el hecho
histórico que a marcado la historia de nuestra región es una obligación moral
que ahora compartimos con ustedes.
No está demás agregar que la historia misma del personaje
y el movimiento insurreccional que condujo en la última parte de esta epopeya
campesina esté íntimamente ligada a los intereses de los campesino desposeídos de aquella época, y sea una historia que en
lo fundamental se basa en la fuente
oral, ya que nadie pudo ser
testigo de los momentos cruciales
que le toco vivir a Pedro Cochachi;
ninguno de los cronistas, escritores o periodistas de esos años que
escribieron sobre él, fueron testigos de excepción; todos se han valido de testimonios orales y
escritos de terceros y notas sueltas periodísticas que en muchos casos han
distorsionado el comportamiento del personaje y los hechos mismos.
Con esta versión lo que pretendo en reivindicar su
memoria, y aleccionar a las futuras generaciones para que conozcan a un
personaje que existió, que fue de carne y hueso
y luchó por ideales de justicia y libertad para su gente, para su raza;
contra el poder y el abuso imperante de los gobernantes de turno, ofrendando su
vida y que hoy la historia de nuestro
pueblo reivindica con honestidad y responsabilidad.
Casma, marzo del 2013
PROLOGO
Dicen que es en
los momentos precisos en que la urgencia
reclama la vida, una reacción en cadena
absorbe la energía activa, la acefalia social reclama la idea, aunque inconscientemente;
y los sentimientos en los actos humanos
necesitan de la poesía, en esos instantes; en los lóbregos momentos de que la
lectura constructiva se ha auto y planificada
proscrita, en la que se ha perdido el interés por conocer nuestra realidad, y se ha determinado
cual úcase que es un privilegio el pensar, más aún que cuando lo que nos llega,
viene enredado y lacrado con confusas
irrealidades, tramontando como quiere el sistema imperante. La vida se yergue,
camina y de manera prístina nos da una oportunidad, el acercarnos hacia batallas propias, ideas y creaciones propias,
autóctonas de gestas y hombres, de
esfuerzos, sudores y sacrificios por construir una patria con utopías,
principios, historia, epopeya, y sobre todo
con la imagen de un pueblo derrochador
de heroísmo y valentía, ese es el Perú, es nuestra patria.
El tema en la escritura, muestra su
virilidad no en la novel y temporal
tinta, sino, en el espíritu joven e intemporal que lleva dentro, en la
representación verdadera de una expresión
que hace caminar y desarrollarse a una o varias generaciones; a la pluma
vanguardista que aprisiona y abraza ideales, por sentar una verdadera frase
“sólo soy un instrumento de la libertad”,
que construye a través de ejemplos claros una historia que ha caracterizado a nuestros
pueblos desde hace mucho, la lucha
constante por su identidad, por el progreso y la cultura, que salga del
snob, la moda, la superficialidad, las frases de falsos “modernistas” o “posmodernistas”, que al
final son intentos de una forma
para mantener la confusión literaria y
la pinza alquilada.
En
los últimos días del Gran guerrero Ushcu
Pedro, encontramos un aporte a la virilidad y trascendencia en el
escritor por devolvernos la mística
y la personalidad histórica del verdadero hombre peruano, no para
soñarlo, sino que a partir de esta
afirmación mirar para delante.
Nos
han contado aquellos quienes han colgado
a fusilado a nuestros héroes que jamás tuvimos autóctonos referentes, que el
ser afro – latino – indoamericano es y fue siempre un ser sumiso, incapaz he
aquí una fundamental recreación e inventiva a través de datos históricos de la
época pos guerra del pacífico y sus
personajes que siempre buscaron la liberación, la inclusión, democracia y
respeto hacia su muestra identitaria.
Ushcu Pedro
nació o
era oriundo del poblado de Ataquero, situado en las faldas de la
Cordillera Negra. Pedro Celestino pasó su niñez en Ataquero al lado de sus
padres y hermanos menores: Celestino, Maximiliano y Manuel. Al quedar huérfano
de padre a los once años, tuvo que asumir la responsabilidad del hogar ayudando
a su madre en el cultivo de las tierras que tenían en ese lugar. En su juventud
fue minero en la zona de Uchcus, al servicio de José Laguna, alternando con el
arrieraje, haciendo viajes a los pueblos de la Costa: Casma, Quillo, Yaután,
Tambo Real. Luego también en el Padrón de Minas de 1883, aparece inscrita una
posesión el 23 de noviembre de 1883 en el cerro de Cashma de la zona de Uchcus
de 100 x 200 metros de mineral de plata, denominado de la Virgen del Rosario,
en compañía de los mestizos del distrito de Shupluy, el profesor Estanislao
Hidalgo Alegre y Lorenzo Giraldo. Por su testamento, del 29 de setiembre de
1885, hecho en Casma, se sabe que poseía dos bocaminas en Carhuapampa que
producían 30 marcos por cajón y además era propietario de unas tierras en
Ataquero.
Fue en el año de 1885, como producto de las
reivindicaciones no resueltas por la
emancipación en 1821, además de la traición de la clase gobernante peruana en
la guerra con Chile 1879 - 1883, en la que muchos compatriotas indígenas
lucharon resueltamente en la campaña de la breña contra el invasor chileno, por
la nación y su propia reivindicación, en la costa seguían las sublevaciones de los negros individual y colectivamente; en
la sierra los indios van a continuar rebelándose
contra la servidumbre en las haciendas, y contra la fiscalización excesiva que
se les imponía, en el caso de las comunidades indígenas, particularmente contra el impuesto de la contribución
personal indígena y las faenas gratuitas como la república, hechos que a través
de un memorial firmado por 40 alcaldes indígenas encabezados por Pedro Pablo Atusparia fue
presentado ante el prefecto de Huaraz para su eliminación, el cual en lugar de
atender; hizo mofa para intentar incrementar el escarnio que se iba afirmando
contra la nación indígena en nuestra
patria. Esto rebasó todos los linderos de respeto y supuesta sumisión, luego de
haber castigado a los jefes de esta solicitud, de haberles cortado las trenzas,
la comunidad indígena se puso de pie y
empezó lo que hoy conocemos como una de las principales gestas de rebelión
indígena en nuestra patria anidada en el departamento de Ancash, la gesta de
Atusparia y Ushcu Pedro.
Desde
marzo, mayo al mando de más de cincuenta mil indios, luego de la represión de
las fuerzas militares, la rendición de Atusparia, intentó reconquistar la
ciudad, pero fue contenido con una gran matanza de sus tropas. Siguió a ello
una terrible represión, fusilamientos, torturas y violaciones de mujeres,
crímenes cometidos por la soldadesca y los milicianos chinos y zambos. Sólo
Uchcu Pedro continuó en la lucha, pero finalmente cayó en una celada y fue
fusilado, la tarde del 29 de agosto de 1885; pero no murió, ya que los ancashinos
y peruanos debemos de reivindicar esta
gesta y superarla en sus contenidos y alcances, tareas de las generaciones que
el día de hoy están y de las que vendrán.
En la época en que el Perú se había ido desarrollando ya como una nación en la que muchas razas fueron entremezclándose en una mayoría indígena, a la sazón de quienes iniciaron la rebelión por la reconstrucción del Tawantinsuyo faltó el elán que afirmaba José Carlos Mariategui: Así terminó la sublevación india campesino-minera de Atusparia y Uchcu Pedro, una de las tantas que -como recuerda, “Fracasó por falta de fusiles, programa y doctrina”. A una lucha de liberación y reivindicación nacional, se le impulsó una lucha de razas, aún cuando las razas mayoritariamente eran indígenas, el Perú ya era una multietnia que buscaba construir su nación, y por lo tanto sus luchas eran más amplias, su programa y doctrina debería haber abarcado a las mayorías y debió con esto, estar mejor armada para culminar con éxito la gesta heroica e histórica en nuestra patria y región.
La importancia de
la gesta Indígena – campesina – minera, que llevó a su nivel más alto Pedro
Cochachin de la Cruz Huarca “Ushcu Pedro” en 1885, reside al entender de casi
todos los investigadores, que desmitifica la sumisión de una raza, la supuesta
inferioridad que durante toda la etapa colonial y republicana se nos ha hecho
creer, y más bien resalta la grandeza de
los hombres del Perú, en su intento por lograr una sociedad superior, sin
diferencias raciales, con democracia, inclusión, y sobre todo con la capacidad
de manejar de manera directa la patria misma, derrochando sacrificio, entrega,
coraje y mucho amor por el horizonte que les espera, así como el suelo que los anidara.
A
través de la gesta de 1885 podemos comprender la
esencia de la historia peruana, de sus
luchas, de su fortaleza, de sus capacidades, como en etapas primigenias y que nosotros no
queremos admitir, la contradicción entre nuestras inmensas riquezas materiales
y culturales y la incapacidad de concretar proyectos políticos sólidos,
incluyendo a todos. Esa es la real tragedia, no la guerra. Ellos son el espejo
de lo que podemos ser y no somos. Nos conformamos con ver el pasado de reojo, y
Ushcu pedro no nos lo describe con sus esfuerzos así, a través de las hazañas de muchos
héroes, del hombre común peruano es que
debemos de emprender el cambio, y una de las formas para empezar es
recreándonos con la obra de Augusto Llosa Giraldo, “LOS ULTIMOS DIAS DE USHCU PEDRO”
Casma,
noviembre del 2012
Leonid Castillo Silva
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CAPITULO
I
Los
últimos rayos del sol caían tristemente
sobre la cumbre del cerro “Ampicoto”, que vigila la parte alta de
Quillo, el crepúsculo enrojeció repentinamente su resplandor, como queriendo
presagiar que algo malo iba a pasar;
mientras las tropas cansadas de Ushcu Pedro, hacían un alto para descansar,
luego de un arduo viaje que los llevó cruzar la Cordillera Negra por la altura
de Matacoto. En busca de abrirse camino pasó hacia la costa para pertrecharse de armas que en ese momento carecían, luego
de sufrir varias derrotas militares en
el Callejón de Huaylas, y su posterior repliegue hacia la Cordillera Negra.
Silenciosamente
la tropa mal raída físicamente, pero con la moral alta acampaba en la pequeña
quebrada de Huallajanja para recuperar sus fuerzas y luego tomar Quillo por asalto.
Pedro Cochachí más conocido como Ushcu Pedro, convocó de inmediato a su Estado
Mayor para preparar el desplazamiento de la tropa y a la vez comisionar un
destacamento de avanzada que inspeccionara la zona antes, y detecte al enemigo
local y sus posibles refuerzos de Lima
que llegaban a través del Puerto Casma.
La
discusión fue larga como pocas veces ocurría para tomar una decisión sin mayor
peligro. Al final se decidió encomendar
a seis de sus mejores hombres para infiltrarse por la noche en el pueblo e
informar posteriormente los resultados de la presencia del enemigo.
Los
seis hombres fueron de inmediato convocados e informados de la acción y
preparados para partir, Sólo llevaban un poco de cancha tostada, papa
sancochada, y la buena suerte de los jefes al partir.
A
la mañana siguiente muy temprano, Ushcu Pedro pasaba revista a sus tropas compuesta por unos 300 hombres, se desplazaba preocupado, en
su mente se encontraba presente la figura de sus hombres que en esos momentos
cumplían la misión encomendada. Ordenó como una forma de tomar precaución y de
confundir al enemigo que se construyera en lo alto de los cerros, figuras semejantes a
hombres con piedras y palos que a lo
lejos aparentaran ser guerreros armados
dispuestos a atacar, mientras tanto los seis hombres hacían su ingreso al
pueblo. Se habían dividido en dos grupos, uno de ellos se apostó junto a la
iglesia y el otro a la entrada del pueblo que da a la parte baja. Ambos grupos
iban vestidos a la usanza del lugar para no despertar sospechas, con ponchos y
su talega de coca que no cesaban de chacchar.
Al
llegar la mañana uno de los grupos se
dirige a una tienda para comprar coca y a la vez indagar disimuladamente sobre
las autoridades locales; uno de ellos preguntó en quechua:
.- Buenos días señora, véndenos coca.
.- ¿Cuánto desea?.
.- Media Libra nomás.
.- ¿Cuanto es?, preguntó el joven
indio, a lo que el señor respondió:
.- Son 5 centavos; (mientras la señora le daba el
vuelto, uno de ellos preguntó).
.- Disculpe señora, nosotros somos de Coracollo,
y queremos saber quienes son las autoridades de Quillo, para hacer una gestión,
ya que es la primera vez que venimos; la
señora mirándolos fijamente les respondió:
.- A un
costado de la iglesia se encuentra el municipio, allí está el alcalde, a
él le pueden preguntar por las demás autoridades del pueblo.
.- Muchas gracias, contestó el indio e hizo una
reverencia.
De
otro lado, el segundo grupo se dedicó a
recorrer silenciosamente las calles del pueblo a fin de descubrir la presencio
del enemigo. Al cabo de varias horas no encontraron ninguna presencia militar,
todo parecía normal, pero el aire tenso y enrarecido denotaba algo que no se podía explicar.
Por
fin llegó el medio día y sorpresivamente se inició un inusual movimiento de las
autoridades locales, pronto las voces corrieron, se comentaba que las
autoridades preparaban un gran recibimiento para homenajear a Ushcu Pedro –
luchador de los campesinos -, la sorpresa fue mayúscula entre la gente, que
entre sorprendida y asustada comentaba:
.-
¿Como es posible que reciban a ese bandido?, supay pa' guagua, ladrón que ha
matado a muchos cristianos……
Este
comentario generalizado corrió como
reguero de pólvora en todo el pueblo y valle.
El
alcalde anunció que las tropas de Ushcu Pedro se encontraban cerca y serían recibidos con “honores”, que la familia Arteaga lo
haría compadre para que bautice a uno de sus hijos; por eso el gobernador encomendó
a una comisión de invitación compuesta de nobles quillupinos, que se
encargarían de comunicarle al guerrero
rebelde la decisión de las autoridades del pueblo.
Entre sorprendidos y presurosos encaminaron
su regreso los seis hombres encomendados por el jefe guerrero; no podían
creer lo que habían escuchado y visto
con sus propios ojos, comentaban entre ellos sus impresiones y se resistían
a aceptarlo; al fin llegaron en horas de
la tarde al campamento entre cansados y de hambre; de inmediato se dirigieron
al lugar en donde se encontraba Ushcu Pedro; este los saluda de pie y sin más
pregunta les dice:
.- ¿Hay tropas enemigas?.
.-
Manan Cancha Tete.
.-
¿Están seguros?
.-
Así es jefe, hemos revisado todo el pueblo y sólo hay cuatro policías,
eso es todo….. pero el pueblo sabe que estamos cerca de Quillo, así lo han
dicho las autoridades, que lo van a recibir a Ud, para saludarlo y
homenajearle; así como también lo van a hacer compadre, para eso viene una
“comisión” de notables a invitarlo a Ud.
Ushcu
Pedro totalmente sorprendido por lo que acababa de escuchar, se saca el
sombrero que lleva puesto y luego de mirar el cielo azul, se sienta y pide que
se sienten todos los que lo rodean,
transcurrieron varios minutos de silencio y luego pronunció a secas:
.-
¡ Eso es una trampa, no lo puedo aceptar, hay que pensar que nunca los blancos
miserables nos van a aceptar como ellos, y menos nos van a recibir como dicen,
debe haber otro interés para que todos vayamos!.....¡Yo creo que es una trampa!..... Ustedes que dicen…..
Y
mirando a todos los jefes, llama a uno
de los jóvenes asistentes, y pide un vaso de agua.
El
murmullo se generalizó, todos hablaban de dos en dos, Ushcu Pedro les escucha
silenciosamente, hasta que de pronto poniéndose de pie, pide silencio y dice:
.-
Tomemos las cosas con calma, esperemos que venga esa llamada comisión, para escuchar sus
palabras y ver en sus ojos la traición…..
Todos
callaron en señal de acuerdo, y en silencio
se levantaron de sus asientos, y haciendo reverencia se retiran; sólo
quedaron sus lugartenientes; Simón Huarca y el joven guerrero llamado Andrés.
El
frío de la noche recogía los últimos rayos del sol, y en medio de los
roquedales que circulaba la tropa, se podía divisar la débil luz de las
lámparas que alumbraban principalmente
el fogón en donde se preparaba la cena de la noche; que sería la última
que Ushcu Pedro compartiría con sus hombres, a quienes amaba y quería como a
sus propios hijos.
Esta
fue la noche más larga que vivió Ushcu Pedro, comió en silencio, pensando en
los informes de sus hombres que habían traído de Quillo; terminada la cena, se
dirigió a la parte alta en donde él, junto a sus hombres más fieles y de
confianza dormían; se sentó, sacó su arma del cinto y acomodó su cama,
consistente en gruesos jergones de lana de oveja y una frazada gruesa de hilo
costeño; prendió un cigarro y comenzó así mismo a chacchar su coca sentado
junto a Simón Huarca y al joven Andrés, quienes también chacchaban y
silenciosamente contemplaban a su jefe guerrero, entre la media luz que
reflejaba desde la parte baja del lugar.
Un
viento suave y frío recorrió el lugar; sólo los pocos caballos y burros de
carga resoplaban y rebuznaban en medio de la oscuridad que cernía la agreste
naturaleza, característica de estos valles montañosos de la sierra.
Al
cabo de una hora, Ushcu Pedro veía como su pucho de cigarro chispeaba y se
apagaba, su coca en la boca no “armaba”, y se hacía agua; lo que lo llevó a
levantarse bruscamente y gritar:
.-
¡Maldición!.
Sus
hombres al escucharlo se levantaron
asustados de inmediato y prendieron
presurosos sus pequeñas fogatas.
Ushcu
Pedro sudaba frío, su cara
desencajada expresaba su rabia
contenida, por lo que Simón y el joven Andrés acercándose y palmeándole el
hombro le dicen:
.-
Jefe, no se preocupe, no va a pasar nada, nosotros lo vamos a proteger y
a luchar por el bien de nuestra causa.
A
lo que él respondió.
.-
El cigarro y mi coca me están
avisando que algo malo va a pasar, estoy seguro, nunca me fallan….
.-
Pero jefe tenga calma, para eso estamos todos preparados para luchar y
mientras estemos unidos daremos la lucha
hasta morir…
Estas
palabras finales lo calmaron un poco; los dos hombres lo llevan tomado del hombro nuevamente a su cama, y entre bromas
comentan, que no se puede confiar en la superstición del todo, por que a veces
falla.
Ushcu
Pedro callado, aceptó acostarse y se prometió no volver a fumar y chacchar esa
noche, pero por más que intentó conciliar el sueño le fue imposible hacerlo, y casi al
amanecer, apenas si “pegó el ojo”, antes
de levantarse muy de madrugada.
Continua...
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