sábado, 18 de julio de 2020

HOMENAJE A DON MARIANO LOO. Autor: Augusto Llosa Giraldo


HOMENAJE A DON MARIANO  LOO, 

GLORIA DEL DEPORTE DE HUARMEY

Hablar de Don Mariano Loo, todo un referente  de la Ciudad de Huarmey, destacado deportista que brillo con luz  propia. Allí lo vemos junto a destacados deportistas Nacionales, que ha dado lauros al Perú. No en vano el Coliseo Cerrado lleva su nombre, recordamos esa fecha porque estuvimos presente.









Nota.- Se encuentra en estos momentos delicado de salud...










viernes, 17 de julio de 2020

ESCUELA DE MEDICINA PREINCAICA




Perú. Una escuela de medicina preincaica

En Casma, hace unos 2000 años el cuerpo humano no tenía secreto


SECHIN, Perú (El Comercio, de Lima. Grupo de Diarios América).- Buena parte de los casmeños aún no se da cuenta de la importancia de la única Escuela de Medicina Preínca que se encuentra en su provincia. A lo mejor, hasta se les puede llevar al sitio, a siete kilómetros de distancia, para que puedan sentir la admiración que provoca el fabuloso anfiteatro. Desconocen que una buena promoción podría convertir a su pueblo en un polo de turismo, llevar movimiento, progreso y dejarles un cerro con nuevos soles y dólares.

El anfiteatro es un monumento arqueológico puesto en valor por el arqueólogo Lorenzo Samaniego y está listo para recibir a entusiastas viajeros. Su ubicación es excelente, a sólo 370 kilómetros de Lima, a 55 de Chimbote y a 186 de Trujillo, con una pista asfaltada por donde viajar es un placer.

Hace unos veinte años, el médico Víctor Paredes Ruiz señaló a Sechín como el primer centro de conocimientos anatómicos y disección del antiguo Perú. Mientras que en 1553 Miguel Servet fue quemado vivo en Ginebra por haber descubierto la circulación menor pulmonar, en 1556 Vesalio fue expulsado de España por haber practicado algo prohibido: una autopsia.

En Casma, en cambio, hace unos 2000 años médicos sechines penetraron en ese arcano que es el cuerpo humano. No se sabe qué hubiera pasado de no llegar los españoles y de haber podido seguir con sus investigaciones.

Sala milenaria



Sólo se puede afirmar que en Sechín, en el valle Casma, se inició un trabajo de investigación que quedó tallado en la piedra.

Así lo dice Paredes Ruiz, que desde el Cuzco, donde ancló su caminar varias décadas atrás, se dedicó a identificar e interpretar cada glifo para publicar un libro, que es un homenaje a aquellos científicos en semilla que abrieron el cuerpo humano para escrutarlo, dejando de lado su espíritu guerrero.

Sechín no sería un templo ni el monumento conmemorativo a una acción trágica -una batalla, por ejemplo-, sino un testimonio de la ciencia y del arte a que llegaron los grupos humanos de la zona en conocimientos anatómico y de disección. En los monolitos aparecen los guerreros triunfantes, orgullosos y marciales. Pero también êos vencidos, que murieron en el campo o fueron sacrificados para investigar el interior de sus cuerpos.

El investigador supone que actuaron tres grupos de sacerdotes médicos. Una especie de nakiq o degollador; de chaskiq , encargado de entregar el cuerpo o los órganos de las víctimas, y de rakiq o sea el cirujano que se ocupaba de abrirlo y dividirlo para analizar sus diferentes partes.

Gliferos especialistas


Los gliferos o talladores que se encargaron de trasladar a la piedra sus observaciones debieron ser también aficionados a la anatomía. Paredes Ruiz afirma que hay más de 90 grabados de cabezas decapitadas con los ojos cerrados y un monolito espectacular donde aparecen los ojos enucleados y aun con vestigios de lágrimas. En otras piedras está representada la columna vertebral separada, además de otras con las modificaciones que sufre el tallo óseo con la edad. La pelvis y el sacro también están grabados con una perfección asombrosa.

Eso no es todo. Al lado de piernas y brazos seccionados aparecen órganos blandos, como los riñones, el estómago, el esófago y el intestino delgado -copiando exactamente sus curvaturas-, el intestino grueso, y también un personaje que muestra el vientre abierto en vivo, sujetándose vísceras con desesperación.

Los milenarios cirujanos de Sechín supieron hacer con maestría su trabajo e incluso se pueden observar los instrumentos que usaron. Los lleva en una mano el personaje, tal vez el anatomista, que aparece en actitud de dirigirse hacia el edificio central, mientras al otro lado espera atado con una soga, listo para la mesa de operaciones el pobre prisionero.

Casma se merece, pues, una visita para mostrar la que sería la primera Facultad de Medicina del Perú, además de poder gozar del paisaje, las dunas, las playas y el mar, y observar a un grupo arqueológico realmente fuera de serie.

Con un día habrá tiempo de verlo todo. Con dos, tendrá la oportunidad de gozar la hospitalidad de los casmeños y saborear sabrosos menús con los frutos del océano. Si son tres, podrá disfrutar de playas paradisíacas con arenas blancas y suaves.


Por: Alfonsina Barrionuevo


(Tomado de Ulises Osorio )