martes, 4 de diciembre de 2012

CANTO GENERAL A CASMA. Poesía. Autor: Augusto Llosa Giraldo



DEDICATORIA


“A la memoria de Dn. Jaime López Raygada,
Maestro guía que me alentó a conocer y amar a
mi tierra”.



CANTO GENERAL A CASMA

“No hay otro enigma que el tiempo,
esa urdimbre del ayer, del hoy, y del
porvenir, del siempre y del nunca…”


Jorge Luis Borges


Quiso el destino alumbrar al primogénito guerrero de Sechìn;
enarbolar victorioso el estandarte multicolor de haces, que tirado al viento
formó pristísimo el nombre sagrado de Casma, conjunción
inevitable de vida, amor y tradición.


Sólo el tiempo con sus manos invisibles pudo hollar el duro pasado
de tu historia; moldear caracteres intangibles en el ondeante suelo
que te acoge; cincelar en la espuma de las olas, la gloria
impertérrita de tus hombres, que con el sudor del Ande,
forjaron atrevidos dones que no cesan.


Nadie ha podido conjurar el perdón benevolente de esta tierra;
testigos crueles han fallado en el intento sutil de acallarte
para siempre.
Todo ha sido vano, inútil en el nefasto ínterin de los días
cobardes que se fueron.


Cuántos advenedizos maravillados por la grandeza encomendada
de tu gente, juraron luchar bajo tus banderas inmarcesibles;
Convencidos qué sólo una oportunidad tiene la posibilidad
de ser cuando se propone.
Todos se quedaron de pie surcando el porvenir que ahora tienen.


Los anticipos divinos del cielo se juntaron dichosos para bendecir la aureola purísima
 de Santa María Magdalena que jubilosa ilumina el devenir en ciernes.
 Cómo dudar entonces del sol que baña plenamente tus entrañas,
sí todos gozamos las mieses del verano.


Ciudad vital de enervante corazón, caminan tus ansias en busca de
progreso y bienestar. Quién podría detener la razón de tu existir?
Sí sólo tú conoces la llave maestra, superior.
Dios no se equivocó al concederte la gracia omnipotente del perdón.
¡Oh sublime tentación de sosiego, quietud y pundonor¡


Mañana cuando amanezca el porvenir delante de nuestros ojos
-muchos dirán- Casma, como te quiero, tierra de mis ancestros,
así fríamente te recordaran, los hijos de mis hijos,
sin reconocer la linde de las lindes, ignorando
olímpicamente la raíz cuadrada
de tu vientre.


Se empequeñece la grandeza a tu lado, indómita tierra de guerreros
venerados, prueba viva de laboriosidad, inteligencia y capacidad.
Los siglos trascurridos no han podido, ni podrán sepultar
-siquiera- el vértice señorial de tu historia.


No es posible despojarme de tu marca indeleble, ni borrar la huella
consustancial del primer beso que te di, cuando niño caí en tu regazo,
y aprendí por primera vez a pronunciar tu nombre.


Ahora que te canto sublime tierra sin adiós, reverente acojo
humildemente tu nombre, para esparcirlo substancioso
por el mundo; engastarlo en la dura frente del viento,
elevarlo sí fuera posible en un transbordador,
cósmico, espacial en busca de una nueva
civilización que pueda llevar
tu nombre:
Casma,
para
siempre.



Autor: Augusto E. Llosa Giraldo

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