La deforestación de la selva amazónica alcanza su
nivel más alto en 10 años
Entre agosto de 2017 y julio de 2018 se talaron unos 7.900
kilómetros cuadrados de bosque en la Amazonia brasileña, la peor tasa anual de
deforestación en una década, según datos oficiales del gobierno. Esto
representa un aumento del 13,7 % con respecto al mismo período del año pasado.
Como señaló Greenpeace
Brasil, aproximadamente 1.185 millones de árboles se talaron en un área
equivalente al tamaño de 987.500 campos de fútbol.
Esta
preocupante noticia llega en medio del temor de que el nuevo presidente de la
extrema derecha de Brasil, Jair Bolsonaro, pueda empeorar la situación debido a
su promesa de abrir más la Amazonia al desarrollo de la industria maderera.
La
deforestación en la Amazonía había disminuido entre 2005 y 2011 en un
esperanzador 70 %, debido sobre todo al aumento de las protecciones
gubernamentales en respuesta a un creciente movimiento popular para proteger la
selva tropical. Incluso entre 2011 y 2017, cuando el país entró en un período
político más caótico, la disminución de la deforestación se detuvo, pero no se
revirtió. El liderazgo de Bolsonaro, desafortunadamente, podría deshacer algo
de ese progreso.
Pero no sólo
es un problema de Brasil, hace poco hablábamos del problema de la deforestación
en la Amazonia Peruana en este artículo.
11 en un
esperanzador 70 %, debido sobre todo al aumento de las protecciones
gubernamentales en respuesta a un creciente movimiento popular para proteger la
selva tropical. Incluso entre 2011 y 2017, cuando el país entró en un período
político más caótico, la disminución de la deforestación se detuvo, pero no se
revirtió. El liderazgo de Bolsonaro, desafortunadamente, podría deshacer algo
de ese progreso.
Pero no
sólo es un problema de Brasil, hace poco hablábamos del problema de la
deforestación en la Amazonia Peruana en este artículo.
En un
comunicado, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Edson Duarte, culpó a la
tala ilegal por el aumento de la deforestación en la Amazonia y pidió al
gobierno que aumente la vigilancia en los bosques, informó Reuters.
Sin
embargo, Greenpeace afirma que el gobierno brasileño no está haciendo
lo suficiente para detener la deforestación. Además, con Bolsonaro al
mando, “las predicciones para el Amazonas (y para la lucha contra el cambio climático)
no son buenas”.
La
pérdida de bosques crea un desagradable bucle de retroalimentación sobre el
cambio climático. Los bosques son un importante sumidero de carbono, y la
deforestación añade más dióxido de carbono a la atmósfera.
En el
nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático ,
en relación con la limitación del calentamiento del planeta a 1,5 ºC por encima
de los niveles preindustriales se señala que la plantación de más árboles y el
mantenimiento de los árboles existentes son esenciales para alcanzar ese
objetivo.
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