miércoles, 27 de junio de 2012

"PIEDRA LISA" (Leyenda).- Autor: Jaime López Raygada


JAIME LÓPEZ RAYGADA, LA ESTELA MÁS ALTA DE LA LITERATURA CASMEÑA


Jaime López Raygada:

Nació en Casma el 15  De Agosto del año 1910. Murió en Lima el 15 de Enero de 1974 a los 63 años de edad.
Sus  obras más representativas son:
         - “Canción Del Puerto sin nombre y otros
         Otros Relatos” _ Cuentos - (1942)
- “Monografía de Casma”, (1943)
- “Los Peces negros”, - cuentos - (1960)
-  Editor del Suplemento El Dominical de EL Comercio – de Lima.
-  Director Fundador de la Escuela de Periodismo, y hoy Universidad     “Jaime Bausate y Meza”
- Presidente de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú.
- Premio Nacional de Periodismo “Antonio Miró Quezada -(1950)
- Premio Nacional de Periodismo “Jaime Bausate y Meza” -(1954)
- Medalla de Oro de la asociación Nacional de Periodistas del Perú – ANP.
- La Biblioteca Municipal de Casma lleva su nombre desde el 15 de Noviembre del año 2000.


  
LA PIEDRA LISA
(Leyenda)

Cerca de las ruinas de Sechín existe una piedra muy lisa y pulida que al reflejarse en ella los rayos del sol iluminan los contornos con viva luz, fenómenos que ha originado la siguiente leyenda:

Se refiere que en una época muy lejana, un cacique de la región, quiso construir un puente sobre uno de los brazos del río. Para llevar a cabo tal obra colosal, prometió en matrimonio a su bella hija, al varón esforzado, que antes del amanecer del tercer día después de la fecha fijada, trajera una piedra tan grande, como para servir ella sola de puente. 
Un gallardo mozo se ofreció a cumplir tal hazaña, llevado por la pasión que sentía por la hija del cacique trepó hasta la altura y escogió una piedra colosal, y llevado por una fuerza sobre humana empezó hacerla rodar cuesta abajo, pero el plazo dado por el cacique lo venció, y faltando unos metros antes de hacerla llegar al río, el sol del tercer día hizo su aparición.

Desde entonces, la piedra a quedado allí donde se cumplió el plazo y el reflejo del astro rey es como una señal misteriosa que recuerda que el acto que el bravo muchacho quiso cumplir llevado por una pasión sobrehumana.

Jaime López Raygada en Monografía de Casma. (1944)
 

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