domingo, 14 de diciembre de 2014

EL TALENTO DE MIRKO ...EL VERDADERO "DUENDE" DE SAUCE PUQUIO


EL TALENTO  DE MIRKO…

El verdadero “duende” de Sauce 

Puquio


No fui invitado a la denominada “Noche de Campeones” ceremonia organizada por la UGEL – Casma, el pasado 10 de diciembre (seguramente pensaron que no podía pagar el valor del ticket), en donde se premió a un  selecto grupo de estudiantes de diferentes instituciones educativas de la provincia que han destacado en el ámbito de la  región y el país, como es el caso de las I.E “Mariscal Luzuriaga”, “Cesar Vallejo”, entre otras que obtuvieron lauros para la provincia en certámenes tanto en Huaraz como en Lima.

En  el caso particular de la I.E “Alfonso Ugarte” de Calpoc (Yaután), ésta tiene una especial connotación, no solo por ser una pequeña escuela rural de niños, sino por el hecho de que en sus aulas hay niños de muy modesta condición, como es el caso del niño: Mirko Clever García Luna, quién desde su pequeño pueblo  Chaclahuain, camina más de dos horas para llegar a su escuela. Es quechua hablante de unos once años de edad, mayor de tres hermanos quienes  también estudian en esta escuela del distrito de Yaután.

El niño Mirko Clever es el ejemplo de muchos niños peruanos que por el hecho de haber nacido en la agreste sierra peruana no tiene las mismas condiciones de vida ni la oportunidad que tienen los demás niños de la costa o de las grandes ciudades en cualquier parte del mundo. Pero muy a pesar de las limitaciones que tienen los padres  de Mirko, dedicados a las faenas agrícolas con lo cual subsisten, éstos se esfuerzan porque sus niños continúen  estudiando  en Calpoc, en donde se ubica  la escuela más cercana a su poblado.

En este contexto de severas condiciones económicas, tecnológicas, que se mueve el mundo moderno de hoy, el niño Mirko ha sabido desarrollar  una  capacidad innata que sólo es propio en los niños talentos, de los niños genios, al haber cuantificado  esa capacidad de retención en su imaginación de  los cuentos que su abuela le contaba de muy niño, - cuando trataba de asustarlo - , de allí que la versión oral de “Saucy Pukyu Ichick Ollqu relatado por el niño Mirko, en nuestro idioma materno, como es el quechua, nos parte el corazón, nos  llena de emoción – aún sin conocer su traducción al castellano, lo sentimos tan profundo y nos conmueve hasta la lágrima. Yo solo lo he escuchado y visto en una grabación difundida por los medios de prensa al día siguiente.

Cuantos niños  habrá en la costa, sierra y selva de nuestro país que permanecen ocultos en el anonimato y no tienen la “suerte” o la oportunidad que ahora tiene Mirko,  “descubierto” por las autoridades educativas. Ojala nomás no lo abandonen como a otros tantos.



Nota.- Mirko Clever García Luna, obtuvo el 4to. Puesto a Nivel Nacional en el Concurso de Narrativa Oral - 2014, organizado por el Ministerio de Educación.




EL DUENTE DE SAUCE  PUQUIO


Autor: Mirko Clever García Luna


Hace un tiempo atrás dos niños fueron a Sauce Puquio a encerrar el reservorio, en el lugar silencioso de Chaclahuain.

Llegando al lugar vieron a un duende barrigón en medio de berros que estaba tocando su barriga como si fuera un tambor con sus genitales, cantando una canción, sus cabellos se asemejaban a candela ardiendo, sus ojos muy hermosos, del lugar donde estaba parado salió un arco iris. Y este era la canción que estaba cantando:

“Sauce Puquio, Sauce Puquio
Sauce Puquio de aguas cristalinas
en medio de esas aguas
Yo vivo con mi padre…”

Después de mirar por un buen rato los niños se rieron mucho, él más pequeño de ellos cogió una piedra y le arrojó tratando de golpearlo, esquivando la piedra comenzó a perseguir a los niños, quienes huían despavoridos por la subida de Chantipampa, faltaba poquito para que el duende los alcance cuando en esos instantes Soqtisiki, el perro de don Jaime salió ladrando, espantando al duende quien huyó del lugar. Pedro el niño más grandecito le amonesto a su hermanito diciéndole:

-         ¿Por qué le tiras piedra al hijo del diablo?, por poco nos alcanza… mientras Miguelito el más pequeño de los niños estaba temblando de miedo.
Llegando a su casa los niños contaron llorando a sus padres lo que les había sucedido, ellos primero se rieron y luego les amonestaron diciendo:

-         Sí la otra vez le tiran piedras al duende que es el hijo del diablo se  los va llevar adentro de la tierra para convertirlos en otro duende.

Cuando llegó la noche los niños tomaron la rica sopa preparado por su mamá doña Fausta y luego se durmieron tendiendo el pellejo  de carnero negro, frazadas de lana de oveja bien abrigados. A medio noche el diablo llegó a la casa de don Eugenio y cargando en sus hombros se lo llevó a Miguelito, cuando estaba llevándoselo  por la bajada de Chantipampa el perro de la anciana Teófila sintió la presencia del demonio y comenzó a aullar y ladrar, y el diablo al sentirse descubierto se escapó arrojando al niño en medio de plantas de tunas que crecen abundante en el lugar.

La anciana Teófila al escuchar los llantos de un niño salió con su linterna y encontró al hijo de don Eugenio en medio de tunas totalmente desnudo que estaba llorando desconsoladamente, cuidadosamente lo sacó de ese lugar y se lo llevo cargando en su regazo. Llegando a su casa se durmieron bien abrigados.

Cuando amaneció el nuevo día lo echaron de menos a Miguelito quien no estaba, desesperados empezaron a buscarlo por diferentes lugares, sólo encontraron sus prendas de vestir amontonados detrás de la piedra grande que hay cerca  de la casa de Don Eugenio, lo que generó mayo desesperación en la familia. Entonces doña Fausta llorando desesperadamente se arrodilló en el suelo juntando sus manos y elevando su mirada al cielo, pidió perdón a San Juan Bautista, Patrón de las tierras de Chaclahuahin con esta oración:

“Señor San Juan
Padre amoroso
Devuélveme a mi hijito.
No mires lo pecadora que soy
De aquí en adelante seré una buena mujer…”

En esos momentos Miguelito apareció por el camino que sube a Chaclahuain completamente desnudo  llorando, la madre al ver a su hijo corrió lleno de alegría abrazando se lo cargó y se lo llevó a su casa, allí Miguelito entre sollozos narró la forma como el diablo se lo llevó, entonces su papá don Eugenio muy asustado le sobó a su hijo con ruda y sal pidiendo a los cerros, a los santos y al Dios del cielo para que se compadezca de sus hijos y su casa.
Ahora don Eugenio ya no envía a sus hijos a Sauce Puquio a encerrar el reservorio. él mismo va a realizar esta tarea, chacchando bien su coca y llevando ají, ruda, ajos y sal en su alforja.  Toda la población de Chaclahuain juntándose están decididos a ir a Sauce Puqio llevando abundante ají molido, mezclándolo con ajos y luego echarlo en sus aguas, para así espantarlo y botar al diablo y a su hijo el duende lejos de ese lugar. También dicen que llevaran al cura  del distrito de Yaután para que haga una misa en el lugar, y así evitar que más niños desaparezcan.


                                                                       Fin




(Traducción del cuento quechua “Saucy Pukyu Ichik Ollqu”, a cargo del Prof. Nelson Omar Vega Encarnación.)









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