viernes, 26 de junio de 2020

LA FUGA DE QUENQORO. Autor: Augusto Llosa Giraldo


LA FUGA DE QUENQORO

Relato


Esa tarde jugaban un partido de futbol  en el patio de los presos políticos, entre los internos de media Seguridad y los presos considerados Independientes. El encuentro se tornaba intenso, ganaban los Independientes y cuando el reloj  marcaba las 4.20 minutos de la tarde, de aquel domingo se escucha el  estruendo dinamitazo que movió a todos los que se encontraban en el Penal de Quenqoro y zonas aledañas. El contundente golpe seco que produjo la explosión y luego los dinamitazos que ocasiono, llevó a decenas de policías y del Inpe se movilizaran al lugar de los hechos. Los hombres del Partido aparecieron sorpresivamente en la escena del hecho, corrían rápidamente dispuestos a escapar por el forado que había ocasionado el volquete que minutos antes había explotado, los policías corrían dispuestos a impedir la fuga, yo que estaba mirando el partido de fulbito, corrí a avisar a los compañeros que se encontraban en sus celdas, tome mi mochila y algunas cosas que salí corriendo para sumarme a la fuga.

Todo fue rápido y logramos escapar al lado de los integrantes de Sendero Luminoso, yo que pertenecía al MRTA me camufle en uno de los grupos que se dirigían a las provincias aledañas, como Puno, otros que se dirigían al Valle de Paucartambo. Estaban preparados los que corrían  subían a autos que se encontraban esperando y que  sabían que escaparían por ese lugar. Subí a uno de los autos que raudamente nos llevo hacia el cerro Pachatusan y por allí  comenzó la fuga de Quenqoro.

Comenzamos a trepar el inmenso cerro que por uno de sus costados protege al Cusco. Los Senderistas estaban preparados, y raudamente dejamos la ciudad. Nos alejamos y en la floresta abrupta que cubría la zona se hizo la noche. Se escucha el sonido cercano de helicópteros que pasan cerca de nosotros, nos escondimos, no nos vieron.  Los senderistas acamparon para esperar a todos los compañeros y camaradas rezagados en la ruta, tuvimos que tomar  un descanso luego de caminar más de dos horas, eran aproximadamente las 6.45 de la tarde.

Nuestra columna la conformábamos 23 camaradas y compañeros que hicimos un alto en medio de una huida inesperada. De este hecho el que dada la voz de mando era un  senderista por nosotros poco conocido, allí pude conocer que yo no encontraba solo, sino que había 03 compañeros mas que se sumaron a ultima hora igual que yo. El camarada jefe de la columna dio la orden que todos nos formábaramos  de inmediato, la tenue luz de la noche que se cernía sobre el lugar dejo ver que portaba una pistola y varios de ellos también. Comenzó a preguntar si todos pertenecíamos al Partido Comunista del Perú, dos de ellos dijeron que no, que eran integrantes del MRTA, yo me quede callado, y cuando el jefe me increpo, le dije que era simpatizante del Partido, no se convenció, dudo pero me favoreció a la postre:

-       ¡Que salgan de inmediato de la fila y se pongan a un costado, los que no pertenecen al Partido …¡¡¡

La orden fue cumplida de inmediato y ordeno que avanzáramos mas adelante.
Nos movimos unos 10 metros mas adelante. El se quedo con los 02 compañeros del MRTA, les dijo que la operación que habían hecho y la oportunidad de gozar de la Libertad era por el Partido  y les reitero por última vez, a qué partido pertenecían,  a los que los compañeros le dijeron  al MRTA. Esta  decisión valiente molestó al Senderista por lo que optó en retirarse, ordenando a un camarada senderista que procediera a ultimarlos, de inmediato fue el camarada y de varios tiros en la cabeza los cayo para siempre, los cuerpos cayeron, y  arrastrados para sacarlos del medio del camino. La noche se hizo más negra aun.

...


CONTINUARA....

(Es un Relato de hecho real sucedido en el Cusco, en el año 1,993.)

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