martes, 6 de noviembre de 2012

LEYENDA DE LA PIEDRA CANSADA. Autor: Augusto Llosa Giraldo.



LEYENDA DE LA PIEDRA CANSADA




Gobernaba el valle de Sechín un aguerrido curaca que por lo avanzado de su edad, quería para su primogénita  hija, un  hombre que la desposara, pero éste debía reunir ciertas condiciones que no eran fáciles de encontrar en la zona. Muchos jóvenes deseaban hacerse de su bella hija; se presentaban ante él para pedirle permiso para casarse, pero al escuchar sus condiciones  se desanimaban. Y así pasaron muchos años sin que nadie pueda casarse con  ella. Como tal,  era conocido en todo el valle que no había nadie que pudiera hacerse de su hija, que a pesar de lo madura que estaba no perdía su hermosura.
Fue así, que en uno de esos años llegó al valle un poderoso ejército de guerreros provenientes del norte; eran los Muchic, todos valientes y aguerridos, que al ver a la hija  del curaca vencido, los jóvenes no dudaron en enamorarse de ella.  El anciano jefe no opuso resistencia, con la única condición que su hija  sea respetada y pueda casarse con uno de los guerreros victoriosos, conforme era la costumbre de la comarca.

Para ello convocó al jefe visitante y le propuso su decisión  lo cual fue aceptado. Entonces los guerreros jóvenes luego de conocer la propuesta del curaca, se alegraron, todos aquellos que se creían dispuestos a cumplir con el reto planteado podían participar. El cual consistía en trasladar una enorme piedra de unos seis metros de longitud hacia un lugar señalado, en donde el curaca estaba construyendo un templo, allí se  colocaría esta piedra al ingreso como una estela que perennizaría su memoria a través del tiempo. Tenían como plazo los días que dura la fase lunar, al término del cual, al amanecer la piedra debería estar colocada en el lugar previsto.

Entonces, un sin número de guerreros se hicieron al campo en busca de la piedra que reúna las condiciones señaladas,; ubicaron la piedra en una de las canteras cercanas al cerro “El Mirador” donde muchos  de ellos ni siquiera intentaron moverla, desanimados muchos de ellos regresaban, al final solo se quedó uno de ellos que logró moverla y comenzó a trasladarla  con mucho esfuerzo, pero lamentablemente cuando sólo le  faltaba unos kilómetros para llegar a la meta, lo sorprendió el amanecer del último día, por lo que tuvo que abandonar  la piedra en el lugar que actualmente se conoce. De allí su nombre de “Piedra Cansada”. Enterado el anciano jefe de lo sucedido, y viendo el sufrimiento de su hija adorada, que se había hecho muchas ilusiones con su matrimonio, mandó a llamar al joven guerrero que no alcanzó su cometido para  casarlos  y ambos  vivieron felices.



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