miércoles, 26 de septiembre de 2012

LOS COMETAS. Autor: Augusto Llosa Giraldo.



LOS COMETAS



Observar un cometa en el firmamento sideral nocturno, no es cosa de todos los días, pero yo tuve la suerte de contemplarlos, hecho que volvería a repetirse años después. Confieso que han sido los cometas y los incendios los que más me han asustado y deslumbrado a  la vez en mi  niñez y adolescencia.

Fue el año de mil novecientos sesenta y nueve que se anunció por los periódicos y los noticieros radiales la aparición del Cometa “Bennett” por los cielos del continente sudamericano. Se anunciaron días y horas de avistamiento nocturno, como era de esperar, mucha gente se apostó en lugares adecuados y así logramos avistarlo  a plenitud.
En este caso yo tenía unos quince años de edad cuando lo observé en el Cerro “La Virgen”, cuando eran aproximadamente las tres de la madrugada, junto a mis hermanos y amigos más cercanos quienes dormimos esa noche sobre el techo  de la capilla que en ese tiempo  había en  el  cerro, en honor a “Santa María Magdalena”, Patrona de Casma.

Años después, en mil novecientos ochenta y seis, concretamente el nueve de febrero, tomé el tren a las cuatro de la madrugada, en la Estación de Santa Lucía, provincia de Lampa –Puno, rumbo a la ciudad de Arequipa; era una madrugada límpida, serena que podíamos divisar por las ventanas del vagón que iba atestado de pasajeros, cuando sorpresivamente por una de las ventanas del lado derecho, apareció la figura fulgurante del Cometa “Halley” que estaba anunciada su llegada a la tierra semanas antes, por la prensa nacional.

Se armó el despelote en el vagón cuando la mayoría dormía, todos querían observar por ese lado de la ventana al cometa que corría de este a oeste, con una  gran cabeza brillante y una cola muy larga que iluminaba el firmamento., cuando ya el tren se acercaba a las faldas del volcán “Misti”, cuya vía férrea rodea el volcán de derecha a izquierda, antes de llegar a la “Ciudad Blanca” de  Arequipa.

En ese instante toda la gente de los vagones se despertó,  y nos volcamos hacia ese lado de las ventanas. Todos queríamos observar esta maravilla del universo que solo es posible contemplar cada 75 años en la vida, y así fue a pesar de la estrechez de las ventanas del viejo tren que nos llevaba a nuestro destino. Este espectáculo sideral duró más o menos una media hora hasta de pronto desapareció de nuestro ojos.

Fue una experiencia inolvidable que jamás podré olvidar.


Nota.-


El Cometa Halley

El cometa Halley, oficialmente denominado1P/Halley, es un cometa grande y brillante que orbita alrededor del Sol cada 75-76 años en promedio, aunque su período orbital puede oscilar entre 74 y 79 años.2 Es uno de los mejor conocidos y más brillantes cometas de "periodo corto" del cinturón de Kuiper. Halley es el único de período corto que es visible a simple vista desde la Tierra, y también el único cometa a simple vista que quizás aparece dos veces en una vida humana, por lo que del mismo existen muchas referencias de sus apariciones, siendo el mejor documentado.
El regreso del Halley al interior del Sistema Solar fue observado y grabado por astrónomos desde por lo menos el año 240 a. e. c. Claros documentos de las apariciones del cometa fueron hechas por los cronistas chinos, babilónicos y los europeos medievales, pero no fueron reconocidas como reapariciones del mismo objeto en ese entonces. El período orbital del cometa fue determinado por primera vez en 1705 por el astrónomo inglés Edmond Halley, ahora nombre designado para el astro. Se le observó por última vez en el año 1986 en las cercanías de la órbita de la Tierra, y su próxima aparición ocurrirá a mediados de 2061.
Durante su aparición en 1986, Halley se convirtió en el primer cometa para ser observado a detalle por naves espaciales, proporcionando la primera información de observación sobre la estructura de un núcleo cometario y el mecanismo de formación del coma y la cola. Esas observaciones apoyaron un número de hipótesis antiguas sobre la construcción del cometa, particularmente el modelo de «bola de nieve sucia» de Fred Lawrence Whipple, que correctamente predice que Halley estaría compuesta de una mezcla de hielos volátiles (como aguadióxido de carbono y amoníaco) y polvo. Las misiones también proporcionaron información que esencialmente reformaron y reconfiguraron esas ideas. Por ejemplo, ahora se entiende que la superficie de Halley está en gran parte compuesta por polvo, materiales no volátiles, y que sólo una pequeña parte de ella está cubierta de hielo.






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