NOCHE DE LUNA
A mis amigos buenavisteños que me relataron esta pequeña historia
y en especial a J.R.A por alentarme con su inspiración.
Era una noche
de luna radiante en donde el fresco perfume de los mangos aun se podía
percibir, era época de cosecha, en tanto la acequia que cruzaba rebozaba de
agua en donde se reflejaba la cara de la luna como guiñando el ojo a los
jóvenes que parecían estar enamorados.
Desde la
casona antigua en donde se encontraban se divisaba todo la parte baja del
valle que parecía dormir en brazos de la luna, en medio de un silencio
sepulcral.
Se conocían
desde niños, ambos eran vecinos y ella siempre tuvo una especial predilección
por él. Esa noche de casualidad fue ella a su casa a dejar un encargo de su
madre, y al salir se encontraron cara a cara. Se saludaron como siempre pero
ella le hizo conversación de inmediato. Se sentaron en un viejo tronco de sauce
que hacia de asiento, mientras que él solo se limitaba a escucharla y a comerse
las uñas con mucha paciencia.
Al avanzar las
horas el monòlogo se hizo aburrido, la jovencita se viò acorralada
peor aùn cuando se le agotó el rollo, y al verse sin más argumentos, ni
como exponer sus sentimientos al tímido joven, opta por
sobreponerse y pelear por un amor incomprendido, entonces cómo movida por
un resorte se le acerca con aparente valentia y logra
arrecostar su cabeza sobre su hombro. En ese instante ella
creyò estar en el cielo y suspirando profundamente con el corazón
en la mano y le dice tímidamente:
.- ¡Ah ¡¡¡ que hermosa esta la noche ¡¡¡
A lo que el joven sin inmutarse le respondiò:
.- ¡A sí, está buena para regar mi chacra…
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